domingo, 30 de diciembre de 2007

Para vivir


Aunque hay en estos momentos una cosa que me pesa por dentro, quiero acabar el último post del año con algo constructivo y más o menos optimista: las propuestas para el próximo año. Como el inglés no necesito excusas para practicarlo porque me encanta, bajar de peso no me hace falta (más bien subir), no fumo y me aburren los gimnasios, las propuestas que me voy a hacer son cosas más personales y filosóficas:


1. Ser asertivo: expresar lo que siento y pienso con respeto pero firmeza, evitando pensar que la opinión de nadie es más importante que la mía. La de todos es igual de importante. En ocasiones ocurrirá que en un grupo de 20 personas, sólo tú opines que el azul es un color bonito. Pese a la presión social, tu opinión será siempre tuya. Y nunca olvides que hubo un día en que Galileo casi muere por afirmar que la Tierra giraba en torno al Sol...


2. No ser San Ronan. Esto ya lo expliqué en el post anterior. Esta me va a costar. Bueno, y la anterior también... Y las siguientes...


3. Aprender a decir NO. No, estoy cansado; no me apetece nada ir a ese sitio; no, no estoy a gusto con eso; no, no te puedo prestar precisamente ahora los apuntes.


4. Aprender a ser más práctico y egoísta: cada uno de nosotros debemos ser lo primero para nosotros mismos, excepto en circunstancias especiales, claro. Nadie se merece que esperes horas por él si no tiene motivos justificables para tardar; la gente que no considera necesario responder a tus sms no se merece que gastes esos 20 cms en ellos. Sólo las personas que merecen la pena, merecen la pena.


5. Hay gente a la que no le caerás bien, gente a la que le serás absolutamente indiferente, y gente que piensa que el ser gay es una enfermedad, un trastorno, un vicio, etc. Tú eres tú y punto, y la opinión de nadie debe achantarte y hacerte que trates de adaptarte a lo que esa persona quiere que seas. El nivel de dificultad de las propuestas va subiendo!


6. Entre tanta cosa etérea, una propuesta muy concreta y necesaria: no lo dejes todo para luego!


7. La más difícil de todas: para sentir, hay que exponerse a sufrir mucho otra vez. Cuanto más sientes, más feliz puedes llegar a ser y más enorme puede llegar a ser el agujero que sientas dentro de ti cuando esa felicidad termine. Aunque me sienta incapaz a ratos, muchos ratos, quiero creer que voy a volver a sentirlo todo otra vez.

martes, 25 de diciembre de 2007

Sex is in the air


Mis dos mejores amigos viven últimamente una vida sexual bastante movida. (Menudo tema he elegido para un día como hoy... juro que no lo hago en absoluto con ánimo de provocar, es lo que me ha venido a la mente, nada más). Ella, a la que llamaremos Aisha, ha comenzado a serle infiel a su novio desde hace poco tiempo, con alguien de su entorno. Siendo ella mi mejor amiga, vivo casi en primer plano todos los sentimientos y situaciones que siente la persona que es infiel, y no sabes cómo cambia el cuento. Aunque cerebralmente pudiera pensar que es horrible lo que le está haciendo a su novio, lo cierto es que me veo incapaz de juzgarla y sentir de verdad que esté haciendo algo malo. Esto simplemente es algo que le ha ocurrido, y al ser mi mejor amiga, creo que tiendo a ponerme en su piel y no pensar en el novio y lo que sentiría en el lugar de él...


Aisha tiene comportamientos de persona enamorada con su amante, frente a lo que le produce su novio. Cuando habla de su amante, de cómo una llamada o un email bonito la hacen sentirse en paz y estable, mientras que cualquier gesto frío por parte de este chico la hacen hundirse por completo y llorar... Sé perfectamente de lo que está hablando :( En definitiva, está enamorada de su amante, y por su novio siente otro tipo de afecto diferente y menos apasionado. Porque el hecho es que sigue amando a su novio :(


Quien esté leyendo esto, quizá esté pensando que es horrible todo lo que estoy diciendo... Y no he hecho más que empezar.


Rizando el rizo, Aisha, ya estando con su amante, se ha liado con otra chica (Aisha es bisexual). Cuando esto ocurrió, su amante (en calidad de amigo, oficialmente), estaba delante y presenció hasta cierto punto todo lo que ocurrió (todo excepto lo más morboso, claro, que Aisha no es exhibicionista...). Siendo el amante, en teoría uno no puede ponerle límites morales al otro, porque tú mismo como amante estás rompiendo esas normas morales... Pero el hecho es que este chico se sintió celoso. El triple salto mortal: una persona siéndole infiel a su amante con una tercera persona. Las personas somos raras. En medio de toda esta vorágine, la mayor preocupación de Aisha es que su amante la trate, como dije antes, con frialdad. Como ella misma dice, es increíble como después de unos días, todo esta situación se ha "normalizado". Las personas nos adaptamos a casi todo.


Por otro lado, está Terry, del que he hablado antes, que desde hace unos meses vive en una montaña rusa sexual que sólo va hacia arriba (no intentaba hacer un chiste, lo siento...). Emparejados, solteros, supuestos heteros... Este fin de año y los días posteriores los pasará con un chico que conoce de internet. A mí la idea de pasar unas fiestas como las navideñas con alguien que no has conocido previamente en persona me parece rara y un poco, qué se yo, perturbadora. No es por ser moralizante, pero la idea se me hace difícil de digerir...


Ahora voy a hacer un comentario horrible y egoísta: Terry ya me dijo explícitamente que haga lo que vaya y se vaya con quien se vaya, a quien quiere de verdad es a mí y que yo debo saber que él siempre estará ahí para mí. Yo sin embargo no siento ese tipo de amor por él; vamos, no estoy enamorado, sólo te tengo cariño de amigo... Pero no puedo evitar sentirme fatal cuando veo esta vida sexual suya tan intensa y carente de remordimientos. Son celos? Son síntomas de que en mi interior verdaderamente soy una especie de Rajoy pacato que piensa que el sexo sin amor es pecado? Es un avión? Es superman?


A veces me parece que debería callarme, sabes? Callarme y dejar de ser la voz de la conciencia tonta que casi siempre soy, porque en definitiva la gente a mi alrededor vive intensamente y separa honestamente cada cosa en su sitio (el sexo del amor, la pasión del cariño, la amistad del amor), mientras que yo me quedo aquí parado, perdiéndome en divagaciones y sufriendo porque no olvido a Damián y me parece que nadie le va a poder sustituir nunca, y soy incapaz de entender mis propios sentimientos, y digo chorradas sobre el amor de la vida, y bla bla bla. No, no soy un modelo a seguir para nadie, cada uno debe seguir su camino y los demás, a menos que interfieran en nuestras vidas, deberíamos cerrar la boca y dejar de juzgar tanto. Desde aquí me comprometo a dejar desde ya de emitir juicios sobre la vida de los demás y romper con esa imagen de San Ronan, patrón de todos los cursis.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Asertividad, lo llaman


La palabra mágica nombrada en todos los manuales de psicología práctica, y la clave de la mayoría de nuestros problemas de relación social: la asertividad. Es decir, la capacidad de expresar los propios sentimientos y opiniones sin achantarse, sin sentirse culpable o mal ni tampoco agredir al interlocutor. Expresarse con claridad, sin dejar que pisen tus derechos pero sin comerte a nadie por el camino, porque no se trata de eso.


Esta mañana, el destino, la vida, la casualidad o lo que fuera puso en mi mano la oportunidad de oro de, por una vez, hablar y hacer frente a un problema personal directamente: me quedé, por coincidencias que ahora no vienen al caso (y que yo mismo provoqué sin saber lo que esto originaría), a solas con la enfermera cuya presencia me altera tantísimo y me hace perder totalmente el norte. Todo era perfecto: estábamos en un terreno neutral, sin más gente alrededor, y había un poco de tiempo para hablar.


Le expresé mi inseguridad, mi aumento de torpeza cuando me sentía observado, y también, punto importante, le dejé claro cómo yo entendía que ella debía pese a todo corregir mis fallos y decirme todo aquello que hago mal, aunque yo no pueda evitar sentirme inseguro cuando lo hace y volverme un manojo de nervios. Uf... Seguramente me puse como un semáforo y di una imagen un poco patética, pero sabes qué, que me sentí orgulloso de mí mismo por haber sido capaz de dar este paso para mí tan grande. Ella también me habló con mucha claridad y me demostró (aunque yo ya lo sabía) que no es ningún ogro, simplemente está en el lugar del que enseña, y como bien me dijo, todo lo que no aprenda hoy serán cosas que no sabré cuando esté a solas en una planta de hospital. Lo sé =S


Para continuar con el día de subidón, unos minutos antes tuve un día muy bueno en la sala de extracciones de sangre, donde ocurrieronn dos cosas que me ayudaron a subir un poco la autoestima, que últimamente estaba anémica del todo:

-Una paciente dijo que qué bien, que había logrado acertarle la vena al primer pinchazo, cuando normalmente le tenían que pinchar una segunda vez. =D

-Otra paciente llegó con una actitud horrible a la sala, diciendo que estábamos yendo muy lentos porque habían puesto a dos "nuevos" (yo sí, pero mi compañera desde luego no era "nueva") y que a ella mucho cuidado con estar pinchándole varias veces porque se negaba en redondo. Le dije que sólo la pincharía si estaba seguro de palpar una vena, y si no pediría ayuda a mi compañera no-nueva. En fin, en el segundo brazo apareció la ansiada vena, y todo salió a pedir de boca al primer pinchazo ("ni siquiera me ha dolido", comentó con una inesperada sonrisa relajada después). Esto tuvo especial mérito, porque cuando me dio aquel ultimátum, el pulso se me descontroló por culpa de los nervios. Y sin embargo todo salió bien =)


Un poco más tarde hoy presencié algo bastante más triste, pero para no romper la nota positiva del post de hoy, que mira que es raro en este blog, pues no lo voy comentar. Otro día quizás hablaré de eso...

sábado, 15 de diciembre de 2007

El descenso continúa

Igual las personas que puedan leer este blog regularmente, se aburran por la repetición de temas... En parte, si me hice un blog, era por esto: porque necesitaba un sitio en el que expresar todas las cosas que me pasaban por la cabeza sin martirizar a la gente que me rodea, porque tienden a ser dos o tres cosas muy concretas y repetirse constantemente: el desamor, el desánimo y las 500.000 cosas que me causan miedo y ansiedad. También lo creé, para qué mentir, porque quizás escribiendo las cosas aquí en internet me sentiría menos solo pensando que tal vez alguien podía leerlas y entenderme. Y hace ilusión cuando alguien comenta algo que tú has escrito...

Así que en Internet soy repetititivo y hablo una y otra vez de las cosas que me preocupan, porque mientras estén ahñi yo necesito sacarlas al exterior de alguna manera.

La energía negra de la que hablaba en el anterior post sigue aquí envolviéndome y cubriendo casi cada cosa de mi vida. Esta mañana fui al Centro de salud donde cada mañana hago prácticas, y donde cada mañana mi autoestima va bajando y bajando y me voy deprimiendo más y más pensando que mi sueño, ese por el que he luchado dos años y medio, que me ha costado literalmente lágrimas en varias ocasiones, que ha costado un dinero importante a mis padres, un dinero verdaderamente notable, es quizá un error. Soy terriblemente torpe en todo en general, y en la enfermería no es excepción. Esta mañana, al saber que quizá yo le debería poner una inyección, una señora que me conocía de vista, me miró con rechazo y dijo que si tendría que ser yo el que se la pusiera. Que la anterior vez le había hecho muchísimo daño. No es la primera vez que alguien lo comenta.

Tal vez no pincho con la suficiente rapidez y convicción. Tal vez me falta un nosequé etéreo que algunas personas poseen de manera innata y otras, como yo, no. El caso es que hago daño. Extraer sangre, esa técnica que pensaba hacer bastante bien, resulta no ser tampoco mi fuerte. El otro día, una enfermera supervisora me dijo que le daba miedo cuando iba a pinchar. Enumeró la lista de cosas que hacía mal. Sé que ella opina que no tengo pinta de ser muy buen enfermero, y por eso cada vez que sé que me mira, me pongo horriblemente nervioso y mi grado de torpeza se multiplica por cien, hago todo al revés, me tiembla el pulso, cometo todo tipo de errores tontos... Yo también me daría miedo a mí mismo...

No puedo terminar ahora, así que luego sigo.

martes, 4 de diciembre de 2007

Energía negra


Energía negra. Me refiero con esto... a una sensación que llevo teniendo desde hace tiempo. Desde hace meses. Aproximadamente, desde que Damián me dejó.




En qué consiste la sensación... En que me veo envolviéndome en una espiral de pesimismo y oscuridad. Siento como si a mi alrededor hubiese un aura de energía negra que impide cualquier tipo de esperanza de volver a amar y ser correspondido. Sé que sueno dramático pero me siento así :(


En varias ocasiones ha surgido un rayo de luz en forma de posibilidad de volver a abrir mi corazón y sentir ese trocito de él que está completamente desaparecido. Y, tal cual ha llegado, ese rayito de luz se ha disipado al instante. Cada vez que he conocido a un chico que me hacía sentir algo, aunque fuera muy poco, una ligera atracción, las posibilidades de llegar un poco más lejos inmediatamente desaparecían. Me hice un perfil en una página, y de repente surgieron varias personas interesadas... Conocí a un chico cariñoso, dulce, en busca de pareja. Después de un día chateando y notándole eufórico por conocerme... Súbitamente ha cambiado de actitud, ya es más parco en palabras, ya me escrbe de manera más "reactiva" (vamos, que principalmente yo le hablo y él contesta) y en resumen noto claramente que por la razón que sea ha perdido el interés.




Igual que ese chico con el que hablé durante meses de todo lo habido y por haber, de lo mal que me llegué a sentir por Damián, de cómo me siento cuando salgo de noche, de cine, de comida... Y que cuando la relación se estrechaba más y más y faltaba un pasito por conocernos, desapareció. Ya no más llamadas, no más mensajes y nunca más verle en el messenger. Hasta hace unos días, en los que reapareció sin más y me dirigió brevemente la palabra para decirme cuatro palabras de cortesía absurdas después de todo lo que hemos llegado a hablar.




No sigo enumerando porque es aburrido y repetitivo, pero hay más. En definitiva, el esquema básico es que exceptuando a Terry, desde que Damián me dejó, sólo siento que un tipo de persona se ha interesado por mí: la que desea sexo.




Cuando se ha probado el sexo con amor, hacerlo sin amor es como una fotocopia en blanco y negro de una foto bonita. Es una necesidad biológica y no podemos vivir sin ella. Pero yo reconozco que me siento vacío y triste si la persona con la que comparto mi cuerpo de esa manera tan íntima se larga sin más después de haber acabado. Y a veces me temo que el día que deje de sentirme así, definitivamente perderé para siempre la capacidad de amar y sentir todas esas cosas irrepetibles que uno siente cuando piensa en esa persona.




Sumado a todo esto, aunque me había propuesto bajar el listón sobre lo que espero de mucha, de casi toda la gente que me rodea diariamente en clase y que a veces ingenuamente, o falsamemte, llamo "amigos", lo cierto es que a veces me noto lleno de rencor y decepción cuando pienso en ellos. Siento que cada uno va a sus cosas, que en definitiva a nadie le importa nadie excepto personas muy concretas, y que en cuanto terminemos las clases y nada "externo" nos una, cada uno se marchará a su esquina y cualquier atisbo de amistad será borrado. No puedo evitar comparar con mi anterior carrera, en la que hice amigos que hasta hoy conservo, de mejor o peor manera, y me doy cuenta de hasta qué punto las cosas son diferentes ahora y lo poquísimo que conecto con estos compañeros.




Fin del desahogo por hoy.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

La atracción física y el amor


Después de un tema tan poético como el del último día, hoy toca algo muy concreto de mi vida actual. Lo voy a contar sin rodeos: desde que hace ya muchos meses tuve mi último desengaño sentimental, sentí un inmenso (y desproporcionado) dolor que me ha hecho sufrir en muchos momentos y que ha impregnado mi vida desde entonces, aunque lentamente parezca disiparse.


Me siento, hoy en día, como un ser asexual. Ni gay, ni hetero. No siento verdadera atracción por nadie. A veces veo por la calle a hombres que me parecen lejanamente atractivos (y ocurre poco a menudo), y es como si sintiera un lejano eco de algo parecido a la atracción. Algo muy débil. Quien lea esto puede pensar que soy un imbécil exigente a quien nadie le parece que da el nivel, pero no es así. De hecho, mis amigos se suelen sorprender del tipo de chico que me gusta, porque se aleja bastante del canon. No es tan raro: suelen entrar en el perfil de lo que se llama en el argot un oso, o sea, un hombre más bien grandote, sin depilar, quizás con barba y con aspecto varonil. Sé que gente con el mismo gusto que yo hay muchos, pero por alguna razón ninguno de ellos está a mi alrededor, y de ahí las caras de extrañeza de mis amigos. A muchos, los que me parecen guapos les resultan totalmente carentes de interés. Lo mismo me ocurre a mí con el prototipo de los demás: le veo y puedo entender que a otras personas les resulte Orlando Bloom atractivo, pero a mí me deja totalmente frío.


Damián era un perfecto prototipo de oso. Físicamente, aunque sea horrible decirlo, era quizás el hombre de mis sueños hecho realidad. Me cuesta imaginar a alguien que me pueda atraer igual o más (PERO tengo la esperanza de que así ocurra). Y que este cuerpo envuelva una persona noble, inteligente, culta y en quien poder confiar, pues es ya como el triple salto mortal.


Aproximadamente desde la primavera pasada, he hecho un nuevo amigo a quien aprecio enormemente y que me hacer sentir verdaderamente afortunado de haberle conocido. Es una persona asombrosa, y casi no me creo la suerte que tengo de que este chico inteligente, sensible, habilidoso, buena persona y con carácter me haya elegido como amigo, y es más, me considere uno de sus mejores amigos y... bueno, de cierta manera me ha dicho, rozando la explicitd, que me quiere. Ya no solo como amigo.


A ratos, he sentido como un arranque de sentimientos por, vamos a llamarle, Terry. Estoy seguro de que si yo y Terry comenzásemos a salir juntos, muchos de mis problemas y obsesiones con los anteriores intentos de pareja no existirían: sé que Terry me conoce bien tal como soy, me ha visto en momentos malos y buenos, me aprecia como persona por encima de todo lo demás que pueda sentir, y sé que es romántico y cuidadoso. En fin, podría estar seguro de él y por una vez no sentir que en cualquier momento me pegaré un hostión tremendo cuando Fulanito me conozca un poco más, se le pase la ilusión al tiempo que la mía aumenta, y corte conmigo en el momento de más vulnerabilidad. Terry no se aburre conmigo y me conoce de verdad... mucho más que otros que sin embargo me conocen desde hace más tiempo.


Pero... Terry no me atrae. No sé si quizás todo proviene del físico. Sé que suena tonto y superficial, pero si de ser sincero se trata, esto es así. Terry es un chico normal, que tiene bastante éxito a la hora de ligar. Pero la verdad cruda es que no es mi tipo de chico. Como dije antes, a veces, sin embargo, siento un arranque de sentimientos por él, y pienso que quizás estoy rcorriendo el camino inverso y me estoy enamorando de él puramente por la persona que es. Pero igual que este sentimiento surge... desaparece. Es como una oleada inconstante, viene y va. Quizás por mucho que a menudo se discuta, el físico importa totalmente, y una pareja no se puede cimentar sobre un vacío de "sentimientos físicos", por así decirlo. Por otro lado, Terry es un chico poco trasnochador, sano de costumbres, más centrado y menos bohemio y cervecero de los que me atraen siempre... Todo esto contribuye a hacerle menos atractivo a mis ojos.


No lo sé :(


La entrada de hoy termina sin sacar ninguna conclusión, porque no la tengo realmente...

lunes, 5 de noviembre de 2007

Elige tu nube


Recientemente descubrí que existen personas que se dedican a perseguir nubes. Así de poético... viajan por el mundo, sacan fotos de formaciones extrañas y bonitas, y las comparten. Algunos incluso usan aviones sin motor (planeadores?) para hacer surf sobre ellas. Una de las más bonitas y espectaculares es la Morning glory ("Gloria matutina", la han traducido... a mí no me gusta demasiado cómo suena la traducción...), que tiene forma de tubo, y se alarga a lo largo de kilómetros en un cielo vacío. Había una foto en el periódico este domingo, y era verdaderamente preciosa.

El cielo y las nubes en concreto son una de las pocas cosas bonitas de la naturaleza que podemos ver en cualquier sitio de la tierra, no cuesta dinero y no necesitas nada en especial para poder apreciarlo. Simplemete levantas tu cabeza por encima de los edificios y los árboles y... ahí está. Puede ser que te guste mucho una nube concreta, o una disposición de todas ellas en el cielo en un momento determinado. Si esto pasa, puedes sacarle una foto, quizás, o grabarlo en tu memoria. Pero en ambos casos, en realidad no podrás poseer eso que aprecias, y muy pronto desaparecerá para siempre.

Igual que las cosas que amas en la vida cotidiana.

Puede ser que las nubes duren menos tiempo del que duran la mayoría de las personas que queremos, de las situaciones en las que estamos felices en nuestra vida, pero en definitiva por mucho que ames algo, un día ya no estará. Vamos por nuestras vidas buscando cosas que nos hagan felices: amigos, familiares, esa persona, un trabajo que nos llene, una casa bonita en la que vivir, tiempo para hacer lo que te gusta; igual que los cazadores de nubes van buscando la combinación de condiciones climatológicas que hacen surgir la nube que desean ver. Y cuando alcanzamos esos momentos de felicidad absoluta, lo único que podemos hacer es cuidarlos lo más posible, y sacarles una foto en nuestra mente. Porque hagamos lo que hagamos, un día se marcharán.

Ya ves, hoy ha tocado una entrada poética y un poco melancólica. Aquí, fotos y vídeos de nubes:

http://www.youtube.com/watch?v=e0kkIUozMEE

http://www.cloudappreciationsociety.org/

jueves, 18 de octubre de 2007

Si llueve todos los días


If it rains every day
will you sink, will you swim?


Así dice la letra de una canción de Perry Blake, How Can The Knower Be Known. Es una canción muy melancólica. ¿Te hundirás, o nadarás?


Hoy es uno de esos días en los que me siento como dice la canción. Estamos en una época de lluvias torrenciales. Llego a casa con la ropa empapada, los zapatos mojados. En mi cuarto, por haber dejado la ventana abierta, también estaba todo mojado.


Esta mañana en las prácticas de mi futuro trabajo, me sentí tonto, torpe, como un niño de tres años metido en el cuerpo de un adulto de 27. Empezó con errores concretos, y poco a poco noté cómo iba cayendo más abajo, cómo me iba empequeñeciendo. En un determinado momento, el compañero de trabajo que me gusta, pasó a mi lado y me dio una palmada de ánimos en la espalda. Habría querido romper a llorar y decir que ya sé que soy un torpe y que parezco idiota, corto, como si me faltara un hervor.


Cuando era pequeño, era asmático, y cualquier gripe o resfriado desembocaba en asma irremediablemente. Lo que empezaba con fiebre y malestar, acababa conmigo sentado con las manos sobre la rodillas, luchando por coger aire. Ahora, de adulto, de una manera parecida, los días malos siempre desembocan en recordar a Damián. De repente hago balance de mi vida y me parece que es un verdadero desastre. Me desenvuelvo fatal en el que será mi futuro empleo

en teoría, y fuera de ahí no es que todo vaya mucho mejor. Es normal que Damián me dejara, quién querría salir con alguien tan soso y tímido? Con tan poco mundo? Tan estúpido para todo lo que no sean dos o tres campos?


Sé que no debería, pero cuando analizo lo desastroso que es mi historial sentimental, y lo comparo con el de la mayoría del de los que me rodean, pienso que algo falla estrepitosamente en mí. Casi todos tienen pareja, e incluso cuando cortan con esas parejas, en cuestión de días les surgen nuevas oportunidades.


En fin, la pregunta es si algún día superaré esto y dejaré de echarle menos, y de sentir que tengo un agujero por dentro que no se termina cerrar nunca.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Hemos llegado muy lejos...


Esta mañana ocurrieron un par de cosas relacionadas ligeramente que me hicieron reflexionar. ¿Te ha pasado alguna vez que durante el día ocurren una serie de cosas que te hacen tener la sensación de que la vida te quiere enviar un mensaje ese día? Como si tu vida fuese una serie de televisión, y cada día fuese un capítulo en el que los guionistas querían tratar un tema. Bueno, pues el tema de hoy es lo muchísimo que se ha avanzado en la normalización de la homosexualidad en nuestra sociedad. (Hablo de los países "desarrollados", por así decirlo, claro...).


Esta mañana un compañero de trabajo dijo de broma: "si ocurre algo, no pasa nada; se grita, mariquita el último... y el que se quede el último, pues eso". Era una broma probablemente sin maldad, simplemente una tontería sin más. Pero ofensiva, aún así... Yo, contra todos mis principios y bla bla bla, esbocé una risilla. Para darme de hostias pero ya. Por lo bajo, escuché como un compañero susurraba al autor de la broma que dadas las circunstancias quizá no era muy adecuado decir aquello, y él rspondió que bueno, sí, quizá... No recuerdo exactamente el diálogo, pero claramente dio a entender que ambos pensaban sabían que alguno de los presentes era gay. Quizá me lo notaron a mí, quizá era directamente uno de ellos (y quién te dice que no), quizá otra persona de la empresa ausente en ese instante... en fin.


Posteriormente, desayunando, este mismo chico comentaba que dos conocidos suyos, ambos hombres, estaban casados "con sus papeles todo", y todos los hombres de la mesa estuvieron de acuerdo en que "tenía que haber de todo", y asintieron con la cabeza y pusieron cara de "tolerancia".


Un poco más tarde, otra persona de un un entorno diferente, me explicó, acerca de dos hermanas cuya casa acabábamos de visitar por un asunto de salud, que "la guapa de las dos no tenía novio", así que si quería echarle los trastos tenía la oportunidad. Me reí, le dije "pues va a ser que no", y no tuve valor para dar el siguiente paso y decirle que no soy heterosexual. Él simplemente me dijo que como yo viera. Me sentí mal por dentro. Por varias razones: en primer lugar que él diese por sentado que no salgo con nadie, sin saber apenas de mi vida, en segundo, por no tener el valor de ser sincero al 100%, en tercero, porque de repente, debido a todas estas cosas, me he dado cuenta de que no estoy tan fuera del armario como me gusta imaginar.


El armario es un camino sin final: cada vez que conoces a alguien nuevo, esta persona inicialmente no sabrá nada, a menos que lo detecte. Cada vez que entras en un trabajo nuevo, idem. Cada vez que en definitiva tu mundo se expande, debes continuar indefinidamente el proceso de salida del armario si no quieres verte abocado a llevar una doble vida.


Soy una persona muy tímida, insegura. Odio ser el centro de atención, me da mucha vergüenza, me aterroriza verdaderamente según el caso. De normal vivo en un entorno estudiantil de gente joven y amplia de miras, que no tienen ningún prejuicio, o no muchos, y con todos ellos el que yo sea gay es totalmente irrelevante, es una característica más y punto.


Pero. El mundo estudiantil-juvenil no lo es todo.


Existe la familia no nuclear, y los familiares derechosos y cerrados. Existen los entornos laborales de hombres cerrados y machotes, que creen no conocer a ningún gay y viven a años luz de esa realidad (o eso creen...). Existen los ultraderechistas, existen los países en los que la homosexualidad es algo innombrable. En fin: existen muchos sitios en los que no estoy tan fuera del armario como quisiera, y cuando olvidas eso, olvidas la suerte enorme que has tenido por haber nacido en una época en la que existe el desfile del orgullo gay, en la que la ley te ampara, en la que los científicos desdeñan como ridículas las visiones moralistas y patológicas de antaño, en la que existen asociaciones, grupos, bares, equipos de hockey, bandas de rock y clubs de senderismo de gays y lesbianas (y transexuales, bis, etc).


Uno de mis objetivos en la vida es ser yo en todas partes, en todos los ámbitos de mi vida. Porque cada uno de nosotros es diferente, y nadie, nadie, nadie debería nunca tratar de fingir ser quien no es para adaptarse a lo que los demás esperan de ti.


En lo que importa de verdad, todos somos iguales.


Sé que será duro, pero con vergüenza o sin ella me comprometo desde aquí mismo a demostrar más valentía en mi vida cuando llegue el momento de ser tú o dejarse aplastar.


Y a Diossss pongo por testigooo... ;)

sábado, 29 de septiembre de 2007

Somewhere over Hawaii


Conoces a algún cantante australiano? Yo a uno: se llama Israel Kamakawiwo'ole, y canta una versión preciosa de Somewhere over the rainbow, en la que hace un medley con la canción What a wonderful world, de, uhmm, Louis Armstrong? Todo eso acompañado de un instrumento tipo guitarra que quizás sea un ukelele... Lo siento por la falta de precisión, es que no me apetece buscar documentación ;)

Hay una serie de cantantes con la capacidad de transmitir varias cosas con su voz, aparte de simplemente belleza. Así como, en mi opinión, Céline Dion o Luis Miguel, por ejemplo, poseen una técnica y una voz de gran calidad, pero sin embargo fallan totalmente a la hora de transmitir cosas con su voz. Se limitan a susurrar o aullar según el tipo de canción, y a afinar las notas al máximo.

Y hay cantantes como Israel. Es difícil explicarlo si no has escuchado la canción, pero cuando lo haces, tienes la sensación de entender cosas sobre él y su filosofía de vida. El estar en paz... el amar las personas y las cosas que te rodean tal cual son... El soñar con que todo vaya a mejor...

Menuda entrada cursi la de hoy, verdad? Pero, por una vez, algo bonito :)

Si alguien sabe como poner enlaces con Youtube para que se vea bien el video, le agradecería la ayuda. Pero mientras, dejo aquí la dirección de uno de los muchos videos de la canción que hay en la lista. A disfrutar!

http://www.youtube.com/watch?v=l4XhMANcCbM

martes, 18 de septiembre de 2007

El peligro de la arqueología sentimental


Estoy en una de esas épocas raras y tristes en las que parece que ese agujero dormido que habita en el pecho despierta y se abre, y comienza a absorber todo y tirar hacia adentro. O sea, una forma poética de decir que llevo unos días depre :(


Todo empezó cuando un día, estúpido de mí, me puse a mirar perfiles en una famosa página gay de internet. Por un momento, el angelito racional me dijo "no hagas tonterías", pero ganó el angelito sadomasoquista y emocional, y me puse a buscar siguiendo las coordenadas de Damián. Su ciudad de origen, su edad, sus características.


Y le encontré :(


No me costó mucho. Se había puesto un nick similar al del día en que le conocí, y aunque no había puesto fotos, era obvio que el autor de ese perfil era él. La forma de escribir, la forma de usar la puntuación, el contenido, en fin, él, sin duda. Inmediatamente se abrió ese agujero del pecho, y busqué como un tonto algún dato del perfil que me indicara que no era él. No. Todo concordaba. Incluso me enteré de que oficialmente ya pronto me salgo del rango de edad que él busca en una pareja.


Por qué hacemos estas tonterías? Por qué tratamos de ponernos en contacto con el que nos ha dejado? Por qué buscamos su nombre en internet? Por qué no acepto que se acabó, y miro al horizonte y pienso que lo que no funciona no tiene sentido tenerlo? Por qué no vuelvo a sentir el optimismo de pensar que cuando llegue el adecuado, todo fluirá y saldrá bien por sí mismo?


En fin, fue un comienzo de semana malo. Por otro lado, pronto recomienzan los estudios, pronto vuelve el momento de irme de mi ciudad y enfrentarme solo (sin familia ni amigos de siempre, es decir) a la vida en general, como todo adulto debe hacer. Normalmente no me asusta la idea, pero en los momentos de bajón, como este, me siento indefenso y débil, y todo se mezcla de una forma extraña con la ausencia de ese alguien que lo haga todo un poquito más fácil. Vamos, que esa sensación de vacío y tristeza que mucha gente experimenta al llegar la Navidad, yo además la siento en septiembre.


A ver si otro día hago una entrada más alegre...

jueves, 6 de septiembre de 2007

Qué haces con tu tiempo libre


Hay gente que tiene un don innato. Poder cantar ópera, por ejemplo. Recuerdo un programa de MTV llamado Made en que una persona pedía un deseo y la cadena hacía lo posible por hacerlo realidad (qué idea tan bonita, no? Hace mucho que ya no veo la MTV... casi toda la música que ponían me resultaba insoportable, y los programas no musicales, casi todos me parecían horribles... pero mira, este me gustaba). Un chico pedía cantar ópera en un teatro, y se concedían... Sólo ví el trailer del programa, pero era bonito verle ahí soltando el do de pecho (no sé si era el do de pecho, francamente, pero suena bien) en aquel escenario, mientras una voz en off decía made. Hecho.


En fin, me voy del tema. Decía, que hay gente que tiene un don. Como tener una voz extraordinaria, o una habilidad asombrosa para el dibujo (esto casi me fascina más que lo de la voz), o una habilidad para escribir maravillosamente bien y atrapar en sus novelas, poesías, películas, etc, un trocito de la esencia de la vida. Esto suena cursi a más no poder, pero yo lo veo así. Creo que cada obra de arte dice algo sobre la naturaleza humana. Incluso las obras de arte "malas". Incluso las telenovelas, incluso las canciones pachangueras (abajo puse un ejemplo...). Igual alguien se podría reír al leer que llamo arte a las telenoveas, pero en definitiva yo considero arte a cualquier cosa qur se haga, al menos en parte, con un objetivo estético o emotivo, en contraposición a algo hecho solamente por motivos biológicos. (Menudo rollo. Con esto quiero decir que hacer una tortilla no es arte, porque cumple la necesidad biológica de alimentarse, pero hacer una tortilla en forma de smiley, aunque después te la comas, sí que lo es). En este sentido, pienso que son arte tanto el Réquiem de Mozart como la canción del verano.


Eso sí, con niveles de calidad distintos ;)


Me gustan muchísimas cosas. Me gusta dibujar, escribir, escuchar música, estudiar idiomas, y me gustaría saber tocar uno o varios instrumentos, componer, hacer de DJ, cantar bien, dibujar bien, hacer fotografía, rodar películas, saber más idiomas, saber Tae Kwon Do, jugar al voleybol..


Y soy un dejado. No me centro en nada, y soy un auténtico vago cuando se trata de hacer algo a lo que no estoy obligado. Y ahí están esos cursos de idiomas que tengo en la estantería y que me limito a hojear en lugar de tomármelos en serio, ahí están esos manuales de cómo dibujar manga tan bonitos en otra estantería, y aquí está internet, la estantería infinita, donde un podría aprender TODO lo que quisiera porque esta todo ahí. Todo!!! Y aquí me tienes. La única cosa creativa que hago con internet es este blog. De resto, me dedico a mirar el correo y ver páginas.


La verdad es que cada año me propongo que, en cuanto tenga huecos, emplearé el tiempo en cosas creativas y enriquecedoras. Y termino no haciéndolo. Dentro de nada empieza el curso y se acaba (sniff) el verano, así que vendrán nuevas preocupaciones, estaré más pendiente de llevar el curso bien, de no morir de cansancio y estrés (qué quejica que sueno, pero bueno, pues es que soy así; imagínate a un vago que en verano duerme nueve horas y siesta, como yo, todo el día entre clases y prácticas... mortal), de tener una vida social que no me genere ni ansiedad ni depre, de encontrar quizás algún trabajillo que me permita sentirme menos parásito de mis padres, y quizás con suerte también habrá ocasión de darle una nueva oportunidad a... bueno, el amor, los novios, todas esas cosas. Habrá tiempo en medio de todo esto de aprender a tocar el banjo? Me da que no, je. Pero estamos en ello.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Qué es el amor


Menuda preguntita, eh? De eso trataba un artículo de una revista que estuve leyendo hoy. Básicamente, se trata de un egoísmo altruista. Se trata de desear la felicidad de esa persona, se trata de desear que seas tú el que se la proporcione, y se trata de desear que él o ella haga lo mismo por ti. Si esto no es un salto mortal emocional, que baje dios y lo vea. El amor puro, auténtico, después de leer esto, creo que algo muy, muy poco frecuente. Lo que las personas suelen vivir es una especie de borrachera de sentimientos que surgen de otras cosas: de la necesidad de afecto, de la atracción pura a secas, de la inseguridad, del egoísmo (que es como la inseguridad pero en el punto en que empieza a ser dañino... en el caso de los maltratadores, por ejemplo...).

Después de leerlo, pensé dos cosas: que en realidad quizá nunca he estado enamorado, y que lo mío no es normal. Esto último ya lo pensaba de antes.
"Lo mío": seguir recordando diariamente a Damián, esa persona con la que compartí la friolera de dos meses, la mayor parte del tiempo a través del teléfono, el messenger y los sms. Nada. Un parpadeo. Y sin embargo, aún le recuerdo cada día, y aún llegan momentos en los que la idea de haberle perdido para siempre me da ganas de llorar, y de desaparecer, y de volver a vivir esos momentos de felicidad parejil, y de haber hecho varias cosas de otra manera, y, tal vez, de no haberme conectado al chat aquel día y no haberle conocido nunca. Es evidente que seguir en contacto con él, no habiéndolo superado, sería una mala idea, sería doloroso y tal vez no cerraría la herida nunca...
Pero es que una de las cosas que más, verdaderamente más me duelen es el pensar que esta persona, con la que compartí tantas cosas aunque fuese en un tiempo muy breve, a la que le conté tantas preocupaciones mías, a la que (lo siento por la cursilería) le abrí mi corazón, y le dejé entrar tanto emocionalmente como físicamente... ha desaparecido totalmente de mi vida. Completamente. Para siempre.
La idea me mata.
Esto no se puede hacer así, sin más. Darte emocionalmente a alguien y ver como esa persona desaparece. Es como si dentro de mí hubiese dejado un boquete, un agujero donde antes había una serie de sentimientos, de cosas casi físicas. A veces me temo que esta vez es la definitiva y que ya nunca más voy a sentir esas sensaciones nunca más, porque la parte de mí que se encargaba de eso, como los pulmones se encargan de respirar, ha dejado de existir. Y porque, sé que es un tópico, me parece que personas como Damián hay tres mal contadas y que la gigantesca casualidad de que yo conozca a otro como él simplemente es tan, tan, tan remota que no se va a repetir. Y como decía el otro día, cuando salgo de noche, cuando conozco a más gays, no hago sino reforzar esa idea.

Volviendo al principio, decía que, sin embargo, esto no es amor... Es obsesión (sí, sí, como la canción... ya ves, hasta de la música pachanguera hay cosas que aprender. Esto no es coña!! No lo digo en plan irónico!). No es amor, porque si fuera amor, Damián y yo hubiésemos funcionado como pareja, él habría llegado más allá del subidón inicial, y yo no habría sentido aquella perpetua inseguridad que me asaltaba a cada momento: es este mensaje más frío? Por qué no me dice las ganas que tiene de verme otra vez? Me irá a dejar de un momento a otro? Creo que en el caso del amor real, todas estas dudas no se dan.

Y esto a la vez es un consuelo y un motivo más de tristeza. Tristeza, porque esta experiencia que para mí ha sido tan impactante y demoledora, es sin embargo un error, un globo lleno de aire, una cosa que parece mucho y no es nada. Por más dolor que sienta, esto ni siquiera es amor :( Y esto hace que mi historial sentimental sea aún más ridículo y pobre que antes...

El consuelo: que, por el lado positivo, esto debería animarme a pensar que si esto no fue amor y solo fue un error, la cosa ya solo puede ir a mejor. Yo me curaré antes o después, aprenderé de los errores, y quizá la próxima vez estaré más preparado para distinguir la obsesión, la atracción y la necesidad de afecto del verdadero amor.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Anoche / Medio misterio solucionado


Anoche, volviendo de estar con dos amigas, me envió un mensaje un amigo por si quería salir esa noche. De entrada pensé que no: acababa de llegar a a casa de estar caminando por ahí, y no me apetecía salir otra vez... Además, no me suelo divertir mucho trasnochando.
Pero pensé que era una pena desaprovechar la oportunidad. Ese mismo día, unas horas antes, había estado en casa solo pensando que nadie se acordaba de mí y no tenía ningún plan, y me estaban entrando estos pensamientos negros típicos de esos momentos. Así que pensé que ahora que surgían cosas, no podía dejarlo pasar; además ese día me sentía bien, mis problemas de piel me estaban dando un respiro y era la ocasión perfecta para salir que quién sabe si se iba a repetir... En fin, salí.

Cuando voy al ambiente, no puedo evitar deprimirme un poco y acordarme de Damián. Como me decía una amiga, estás en ese sitio y ves a toda esa gente, "tan distinta del que me dejó", completó ella la frase, y lo clavó :( . Tan distinta, sí. Por dónde empezar. En el ambiente sólo veo gente de miradas turbias, poco claras, manteniendo una pose, analizando con la mirada a los demás. Todos analizamos con la mirada a los demás, es verdad, pero en estos sitios las miradas son especialmente... no se me ocurre ningún adjetivo que lo abarque todo :S
Me entra la idea de que el ambiente es el lugar del mundo en el que menos probable es que uno encuentre alguien que valga la pena.

Ocurrió que me dio la impresión de que un chico, amigo de mi amigo, pareció interesarse por mí. Hablo así, sin asegurarlo, porque con estas cosas me da mucho reparo poner la mano en el fuego, pero si vamos a ser sinceros creo que sí. Se acercó a hacerme una broma y hablamos algo, entre bromas y... bromas, porque no es que llegásemos a tratar de nada muy profundo. Sé que no es de esperar ponerse a hablar de la vida y de temas más o menos profundos en una discoteca, pero bueno, pues yo sí lo espero, para qué negarlo. Y si vamos a hablar de bromas, al menos que sean bromas que demuestren una personalidad algo profunda... En fin, resumiendo, este chico me produjo bastante rechazo. No voy a decir que fuera mal tipo, pero su forma de hablar (con esto de hablar en femenino, por ejemplo, que para mí es una forma inmediata de cortar cualquier atracción), su forma de mirar, las confianzas que se cogía en ciertos detalles... Bueno, qué decir, era cualquier cosa que me pueda gustar de un chico vuelta del revés.
Por lo general, la gente que tiene el valor para acercarse a ligar conmigo (cuando hablo de "valor", me refiero a que hay que ser bastante atrevido para superar la verguenza; a mí por lo menos es algo que me da una vergüenza increíble el acercarme a hablar con un desconocido que me guste) suelen seguir esa línea, y todos suelen llevar la palabra "sexo" en las pupilas, como el dólar del tío Gilito. Traté de ser amable sin mostrar más interés de la cuenta... Por un lado es halagador que alguien se interese por ti, eso es verdad.

Quizás un día me arrepienta de no haberme liado con todo aquel que haya puesto interés en mí, pero para ser sincero, últimamente las ocasiones en las que esto pasa casi me hacen sentirme peor de lo que estaba, y empiezan a dejar de parecer un halago. Intereso, en su mayoría, a gente que quiere sexo, y por ello se fijan en mí por el físico. El físico es muy importante, nunca lo voy a negar... Yo desde luego no soy la bomba físicamente, pero bueno, hay gente por ahí a la que le puedo gustar, hasta ahí bien. Pero se necesita más. Se necesita para saber que alguien se fija en ti también por tu forma de ser. Que cuanto más te conoce, más le gustas. Que quizás, de entrada le pareciste normal y corriente físicamente, ni te miró dos veces, y al irte conociendo más, empezaste a gustarle. Esto sí que es un halago de verdad, de verdad.
Porque cuando ocurre lo contrario, la atracción inicial se esfuma en menos que canta un gallo.

A veces me siento como un chicle. El primer minuto es todo sabor. A los cinco minutos, tiene saborcillo. A los diez minutos es una masa insípidida, y qué haces? Lo tiras a la basura. Después de decirle que quieres que sean amigos, claro.

Fin de la parte melodramática!!! Ayer resolví el misterio de una de las llamadas extrañas: el teléfono correspondía al teléfono de un amigo de la ciudad a la que me voy a estudiar, ya que era Movistar y le salía gratis (publicidad en un blog!! qué mal!). En fin, qué bien saberlo, saber que era él, que se acordaba de mí. No hay nada en el mundo más bonito para mí que saber que alguien se ha acordado de mí. Bueno, sí, hay más cosas, pero vamos, que sienta muy bien.

sábado, 1 de septiembre de 2007

Llamada perdida


Esta mañana me he levantado de un humor un poco raro. No es exactamente que esté triste, pero es como si... la tristeza estuviera a la vuelta de la esquina. Supongo que influye cuando el cielo está como hoy, nublado y gris, y el viento viene un poco frío...

Lo que me preocupa es que el verano empieza a terminarse, y eso quiere decir que pronto me iré de mi casa para volver a la ciudad en la que estudio, que está lejos. Lo bastante lejos como para no poder ir más que en fechas concretas (Navidad, Semana Santa, etc). Lo más gracioso es que llegado el final de curso, siempre me da algo de pena volver a mi casa, porque ya me siento más a gusto allá, y pienso en mi ciudad como un lugar al que me agobia volver... Luego pasa el verano, y tras unos días iniciales de sentirme raro, vuelvo a adaptarme a mi ciudad y ya me agobia volver a la ciudad de los estudios... En fin, vivir así es raro.
Al empezar el curso y volver allá, los primeros días, y hasta quizás semanas, me entra una medio depresión. Hace más frío, no tengo a la familia, a los amigos de allá los conozco de menos tiempo y mi relación con ellos es menos profunda... Suelo ponerme malo a lo largo de esos días. Es increíble lo relacionado que está el estado de ánimo con la salud...

El año pasado, coincidiendo con una de esas fases de medio-depre-enfermedad, conocí al chico con el que tuve mi último intento de relación seria, Damián. Por el chat. Fue una de esas veces raras en las que das con alguien con quien mágicamente todo encaja: hablábamos y hablabámos, él era un chico seguro de sí mismo, buena gente, culto, interesante; el tipo de persona a la que le encanta salir a beber con los amigos y estar de coña. Esto último, probablemente el origen de todo lo malo :( . No por las razones que se pueden imaginar, sino porque marca una clara diferencia entre él y yo. En fin, para completar la casualidad del siglo, físicamente me gustaba muchísimo, y yo a él, sorpresa, también.

Desde las primeras conversaciones me temía que esto no tenía futuro :( . Anteriormente estuve con alguien parecido, y finalmente esta persona perdió la ilusión conmigo.

Me obsesiona esa idea. La idea de que soy una persona aburrida, sosa, que cualquiera al que al principio yo le pueda gustar, muy rápidamente va a perder las ilusiones conmigo. Me preocupa, me entristece y me agobia... Dentro de pocos años hago la treintena y nunca he tenido un novio que quiera estar conmigo durante un tiempo, qué se yo, de medio año al menos. El récord, dos meses, ya ves. Sé que hay gente que ni siquiera ha tenido eso, pero yo no puedo evitar compararme con los que a mi edad han tenido relaciones de años, o al menos de un año.

Vamos a cambiar de tema radicalmente. Ayer y hoy me han llamado dos números desconocidos al móvil. Cuando ocurren estas cosas me fascina, porque pienso, quién ha conseguido mi número sin que yo le conozca y por qué me llama?? En realidad tengo una sospecha de quién puede ser, porque estoy pendiente de darle un papel (es largo de explicar, un rollo burocrático) a una persona que me lo pidió, y le di mi teléfono por mail. Así que es posible que sea él. De todas formas, han sido dos números distintos, los que han llamado... Yo les he hecho llamadas perdidas en las dos ocasiones, pero no han vuelto a llamar. Y las llamadas ocurrieron de madrugada, detalle importante y raro. Qué intriga :S

Cuando estaba con Damián, recibí dos llamadas perdidas provenientes de su ciudad que él afirmaba que no había hecho. En el 11811 se negaron a decirme a quién correspondía el número, qué rabia... ya nunca supe quién me las pudo hacer, pero vamos, todo apunta a que si no fue Damián, fue alguien relacionado con él. Tecleando el teléfono en Google, llegué a descubrir la zona a la que correspondía el número, pero nada más. Había una panadaería con un número casi idéntico, por lo que el que llamó sería vecino... Qué intriga, no?? Ya ves, y nunca sabré quién era y qué quería!!!

viernes, 31 de agosto de 2007

La primera entrada

Desde hace unos días llevaba planteándome esto de escribir un blog... Parece que casi todo el mundo tiene uno, así que me dije, por qué yo no. Soy una persona de las que les dan muchas vueltas a las cosas, tiendo a comerme la cabeza por todo... Así que para eso está este blog, para contarlo absolutamente todo, lo bueno y lo malo, lo raro y lo normal, lo repetitivo y lo repetitivo ;)

Ya ves, ahora, frente a la página en blanco, pues no me es tan fácil escribir como imaginaba. Podría hablar por ejemplo del título, Esa sensación... de qué trata?

Pues bueno, todo tiene su origen en una postal de Postalfree, esas que regalan en los bares. Se veía una mariposa, o quizá eran varias, en el estómago de una radiografía (qué mal lo estoy explicando...). El texto decía "Otra vez esa sensación". Qué bonito, verdad? Ya no recuerdo qué anunciaba la postal... Pero la frase me llegó. Yo tengo una obsesión rara con las frases. Frases de canciones, frases de libros, frases que a veces me vienen a la mente repetidamente durante algunas épocas. En fin, no sé a qué se deberá ni si significa algo, pero me vienen frases a la mente. Estos son algunos ejemplos de frases en los últimos tiempos:

-Se trata de él.
-Algo terrible está a punto de pasar.
-And anytime you feel the pain, hey Jude, refrain.
-No siento el cristal.

Hay más, solo que ahora mismo no recuerdo otras. La penúltima, la de la canción de los Beatles, es la frase de estos momentos... Me gusta esa canción, y quizás no quiere decir nada más el que tenga la frase metida en la cabeza...
Volviendo al título del blog, el inicio de la idea de este blog, era en gran parte explayarme sobre algo en lo que pienso mucho y de lo que en la vida real no hablo tanto como querría porque no quiero ser pesado con la gente que me rodea: la sensación que siento a veces cuando recuerdo mi último, preparados para la pastelada, fracaso sentimental. Otro día seguramente hablaré más del tema... "Esa" sensación es esa punzada que sientes cuando inesperadamente algo te recuerda un detalle de él... y sientes como si de pronto los pulmones se te encogieran... como si un velo pesado te cayese sobre los hombros... como si de pronto toda tu vida fuese pobre, vacía, sin sentido... Creo que lo he explicado fatal y usando todos los tópicos del mundo, pero vamos, quien haya estado ahí sabe lo que estoy describiendo...

"Esa sensación" también es todo lo contrario. Eso que sientes cuando, de pronto, ocurre eso tan raro, que te hace sonreír como un tonto, que te hace sentir eufórico... cuando sale bien.