jueves, 30 de octubre de 2008

Luego lo haré


Esta mañana al mirar mi correo he visto que tenía un mensaje en mi blog de mi amigo bloguero Israel... Nada más verlo supe lo que me iba a decir: que dónde me había metido, jeje. La verdad es que no me gusta nada haber dejado ese post tan triste tanto tiempo, es como si mi vida se hubiese quedado congelada ahí. (Nota antes de seguir: Israel, ahora te toca a ti también, ok? ;) )

Y de cierta manera, sí que me he quedado congelado ahí. Hace ahora unas tres semanas que terminé mi contrato de sustitución en ese hospital. Tal como imaginaba no me renovaron. Aunque suene muy mezquino, tengo el consuelo de que no he sido el único en no renovar. Yo no estaba a gusto allí, pero por otro lado no puedo evitar la sensación de haber "suspendido el examen", por así decirlo. En fin, sé que los factores han sido varios, y no todos han dependendido de mí, así que en el fondo objetivamente no es todo por mi culpa, pero bueno, no puedo negar que me queda ese poso.

Al terminar, me di un respiro para ir a mi ciudad y ver a mi familia y a mis amigos de siempre. Fue muy breve, pero es increíble cómo en apenas una semana y poco más era como si nunca me hubiese ido. Pero lo mismo me ocurre al volver aquí, es como si lo de mi ciudad hubiese sido un sueño. En fin, volví aquí dispuesto a buscar trabajo otra vez. Pero tengo que reconocer que no he estado muy activo desde entonces. He ido dejando algunos CVs, pero a un ritmo lennnnto.

No sé exactamente qué me pasa, pero siento que he entrado en un estado de ánimo de demasiada dejadez. Siempre he tenido esa vena de dejar las cosas para más tarde; me cuesta mucho arrancar y hacer todo lo que debe hacerse. (Pero eso sí, en el trabajo eso cambiaba por completo, igual que para lo mío soy un dejado, del trabajo salía con las piernas destrozadas). Sin embargo lo de ahora parece algo más fuerte. De hecho, si he dejado el blog un poco abandonado es por la misma razón...

Ayer, hablando con Ikki, le decía que me he propuesto ser un poco más previsor. Cuando decía previsor también quería incluir esta noción de no ir dejando las cosas. A veces Ikki se ha visto salpicado por este defecto mío, por ejemplo en tener que comer cenas improvisadas cutres por no haber hecho la compra, en tener que pagarme el transporte por descubrir en el último momento que no llevo dinero encima, llegar tarde a sitios... Él es, en ese sentido (como en tantos otros), lo opuesto a mí, y a veces me siento mal por llevar el caos a una persona tan ordenada...