domingo, 30 de diciembre de 2007

Para vivir


Aunque hay en estos momentos una cosa que me pesa por dentro, quiero acabar el último post del año con algo constructivo y más o menos optimista: las propuestas para el próximo año. Como el inglés no necesito excusas para practicarlo porque me encanta, bajar de peso no me hace falta (más bien subir), no fumo y me aburren los gimnasios, las propuestas que me voy a hacer son cosas más personales y filosóficas:


1. Ser asertivo: expresar lo que siento y pienso con respeto pero firmeza, evitando pensar que la opinión de nadie es más importante que la mía. La de todos es igual de importante. En ocasiones ocurrirá que en un grupo de 20 personas, sólo tú opines que el azul es un color bonito. Pese a la presión social, tu opinión será siempre tuya. Y nunca olvides que hubo un día en que Galileo casi muere por afirmar que la Tierra giraba en torno al Sol...


2. No ser San Ronan. Esto ya lo expliqué en el post anterior. Esta me va a costar. Bueno, y la anterior también... Y las siguientes...


3. Aprender a decir NO. No, estoy cansado; no me apetece nada ir a ese sitio; no, no estoy a gusto con eso; no, no te puedo prestar precisamente ahora los apuntes.


4. Aprender a ser más práctico y egoísta: cada uno de nosotros debemos ser lo primero para nosotros mismos, excepto en circunstancias especiales, claro. Nadie se merece que esperes horas por él si no tiene motivos justificables para tardar; la gente que no considera necesario responder a tus sms no se merece que gastes esos 20 cms en ellos. Sólo las personas que merecen la pena, merecen la pena.


5. Hay gente a la que no le caerás bien, gente a la que le serás absolutamente indiferente, y gente que piensa que el ser gay es una enfermedad, un trastorno, un vicio, etc. Tú eres tú y punto, y la opinión de nadie debe achantarte y hacerte que trates de adaptarte a lo que esa persona quiere que seas. El nivel de dificultad de las propuestas va subiendo!


6. Entre tanta cosa etérea, una propuesta muy concreta y necesaria: no lo dejes todo para luego!


7. La más difícil de todas: para sentir, hay que exponerse a sufrir mucho otra vez. Cuanto más sientes, más feliz puedes llegar a ser y más enorme puede llegar a ser el agujero que sientas dentro de ti cuando esa felicidad termine. Aunque me sienta incapaz a ratos, muchos ratos, quiero creer que voy a volver a sentirlo todo otra vez.

martes, 25 de diciembre de 2007

Sex is in the air


Mis dos mejores amigos viven últimamente una vida sexual bastante movida. (Menudo tema he elegido para un día como hoy... juro que no lo hago en absoluto con ánimo de provocar, es lo que me ha venido a la mente, nada más). Ella, a la que llamaremos Aisha, ha comenzado a serle infiel a su novio desde hace poco tiempo, con alguien de su entorno. Siendo ella mi mejor amiga, vivo casi en primer plano todos los sentimientos y situaciones que siente la persona que es infiel, y no sabes cómo cambia el cuento. Aunque cerebralmente pudiera pensar que es horrible lo que le está haciendo a su novio, lo cierto es que me veo incapaz de juzgarla y sentir de verdad que esté haciendo algo malo. Esto simplemente es algo que le ha ocurrido, y al ser mi mejor amiga, creo que tiendo a ponerme en su piel y no pensar en el novio y lo que sentiría en el lugar de él...


Aisha tiene comportamientos de persona enamorada con su amante, frente a lo que le produce su novio. Cuando habla de su amante, de cómo una llamada o un email bonito la hacen sentirse en paz y estable, mientras que cualquier gesto frío por parte de este chico la hacen hundirse por completo y llorar... Sé perfectamente de lo que está hablando :( En definitiva, está enamorada de su amante, y por su novio siente otro tipo de afecto diferente y menos apasionado. Porque el hecho es que sigue amando a su novio :(


Quien esté leyendo esto, quizá esté pensando que es horrible todo lo que estoy diciendo... Y no he hecho más que empezar.


Rizando el rizo, Aisha, ya estando con su amante, se ha liado con otra chica (Aisha es bisexual). Cuando esto ocurrió, su amante (en calidad de amigo, oficialmente), estaba delante y presenció hasta cierto punto todo lo que ocurrió (todo excepto lo más morboso, claro, que Aisha no es exhibicionista...). Siendo el amante, en teoría uno no puede ponerle límites morales al otro, porque tú mismo como amante estás rompiendo esas normas morales... Pero el hecho es que este chico se sintió celoso. El triple salto mortal: una persona siéndole infiel a su amante con una tercera persona. Las personas somos raras. En medio de toda esta vorágine, la mayor preocupación de Aisha es que su amante la trate, como dije antes, con frialdad. Como ella misma dice, es increíble como después de unos días, todo esta situación se ha "normalizado". Las personas nos adaptamos a casi todo.


Por otro lado, está Terry, del que he hablado antes, que desde hace unos meses vive en una montaña rusa sexual que sólo va hacia arriba (no intentaba hacer un chiste, lo siento...). Emparejados, solteros, supuestos heteros... Este fin de año y los días posteriores los pasará con un chico que conoce de internet. A mí la idea de pasar unas fiestas como las navideñas con alguien que no has conocido previamente en persona me parece rara y un poco, qué se yo, perturbadora. No es por ser moralizante, pero la idea se me hace difícil de digerir...


Ahora voy a hacer un comentario horrible y egoísta: Terry ya me dijo explícitamente que haga lo que vaya y se vaya con quien se vaya, a quien quiere de verdad es a mí y que yo debo saber que él siempre estará ahí para mí. Yo sin embargo no siento ese tipo de amor por él; vamos, no estoy enamorado, sólo te tengo cariño de amigo... Pero no puedo evitar sentirme fatal cuando veo esta vida sexual suya tan intensa y carente de remordimientos. Son celos? Son síntomas de que en mi interior verdaderamente soy una especie de Rajoy pacato que piensa que el sexo sin amor es pecado? Es un avión? Es superman?


A veces me parece que debería callarme, sabes? Callarme y dejar de ser la voz de la conciencia tonta que casi siempre soy, porque en definitiva la gente a mi alrededor vive intensamente y separa honestamente cada cosa en su sitio (el sexo del amor, la pasión del cariño, la amistad del amor), mientras que yo me quedo aquí parado, perdiéndome en divagaciones y sufriendo porque no olvido a Damián y me parece que nadie le va a poder sustituir nunca, y soy incapaz de entender mis propios sentimientos, y digo chorradas sobre el amor de la vida, y bla bla bla. No, no soy un modelo a seguir para nadie, cada uno debe seguir su camino y los demás, a menos que interfieran en nuestras vidas, deberíamos cerrar la boca y dejar de juzgar tanto. Desde aquí me comprometo a dejar desde ya de emitir juicios sobre la vida de los demás y romper con esa imagen de San Ronan, patrón de todos los cursis.

lunes, 17 de diciembre de 2007

Asertividad, lo llaman


La palabra mágica nombrada en todos los manuales de psicología práctica, y la clave de la mayoría de nuestros problemas de relación social: la asertividad. Es decir, la capacidad de expresar los propios sentimientos y opiniones sin achantarse, sin sentirse culpable o mal ni tampoco agredir al interlocutor. Expresarse con claridad, sin dejar que pisen tus derechos pero sin comerte a nadie por el camino, porque no se trata de eso.


Esta mañana, el destino, la vida, la casualidad o lo que fuera puso en mi mano la oportunidad de oro de, por una vez, hablar y hacer frente a un problema personal directamente: me quedé, por coincidencias que ahora no vienen al caso (y que yo mismo provoqué sin saber lo que esto originaría), a solas con la enfermera cuya presencia me altera tantísimo y me hace perder totalmente el norte. Todo era perfecto: estábamos en un terreno neutral, sin más gente alrededor, y había un poco de tiempo para hablar.


Le expresé mi inseguridad, mi aumento de torpeza cuando me sentía observado, y también, punto importante, le dejé claro cómo yo entendía que ella debía pese a todo corregir mis fallos y decirme todo aquello que hago mal, aunque yo no pueda evitar sentirme inseguro cuando lo hace y volverme un manojo de nervios. Uf... Seguramente me puse como un semáforo y di una imagen un poco patética, pero sabes qué, que me sentí orgulloso de mí mismo por haber sido capaz de dar este paso para mí tan grande. Ella también me habló con mucha claridad y me demostró (aunque yo ya lo sabía) que no es ningún ogro, simplemente está en el lugar del que enseña, y como bien me dijo, todo lo que no aprenda hoy serán cosas que no sabré cuando esté a solas en una planta de hospital. Lo sé =S


Para continuar con el día de subidón, unos minutos antes tuve un día muy bueno en la sala de extracciones de sangre, donde ocurrieronn dos cosas que me ayudaron a subir un poco la autoestima, que últimamente estaba anémica del todo:

-Una paciente dijo que qué bien, que había logrado acertarle la vena al primer pinchazo, cuando normalmente le tenían que pinchar una segunda vez. =D

-Otra paciente llegó con una actitud horrible a la sala, diciendo que estábamos yendo muy lentos porque habían puesto a dos "nuevos" (yo sí, pero mi compañera desde luego no era "nueva") y que a ella mucho cuidado con estar pinchándole varias veces porque se negaba en redondo. Le dije que sólo la pincharía si estaba seguro de palpar una vena, y si no pediría ayuda a mi compañera no-nueva. En fin, en el segundo brazo apareció la ansiada vena, y todo salió a pedir de boca al primer pinchazo ("ni siquiera me ha dolido", comentó con una inesperada sonrisa relajada después). Esto tuvo especial mérito, porque cuando me dio aquel ultimátum, el pulso se me descontroló por culpa de los nervios. Y sin embargo todo salió bien =)


Un poco más tarde hoy presencié algo bastante más triste, pero para no romper la nota positiva del post de hoy, que mira que es raro en este blog, pues no lo voy comentar. Otro día quizás hablaré de eso...

sábado, 15 de diciembre de 2007

El descenso continúa

Igual las personas que puedan leer este blog regularmente, se aburran por la repetición de temas... En parte, si me hice un blog, era por esto: porque necesitaba un sitio en el que expresar todas las cosas que me pasaban por la cabeza sin martirizar a la gente que me rodea, porque tienden a ser dos o tres cosas muy concretas y repetirse constantemente: el desamor, el desánimo y las 500.000 cosas que me causan miedo y ansiedad. También lo creé, para qué mentir, porque quizás escribiendo las cosas aquí en internet me sentiría menos solo pensando que tal vez alguien podía leerlas y entenderme. Y hace ilusión cuando alguien comenta algo que tú has escrito...

Así que en Internet soy repetititivo y hablo una y otra vez de las cosas que me preocupan, porque mientras estén ahñi yo necesito sacarlas al exterior de alguna manera.

La energía negra de la que hablaba en el anterior post sigue aquí envolviéndome y cubriendo casi cada cosa de mi vida. Esta mañana fui al Centro de salud donde cada mañana hago prácticas, y donde cada mañana mi autoestima va bajando y bajando y me voy deprimiendo más y más pensando que mi sueño, ese por el que he luchado dos años y medio, que me ha costado literalmente lágrimas en varias ocasiones, que ha costado un dinero importante a mis padres, un dinero verdaderamente notable, es quizá un error. Soy terriblemente torpe en todo en general, y en la enfermería no es excepción. Esta mañana, al saber que quizá yo le debería poner una inyección, una señora que me conocía de vista, me miró con rechazo y dijo que si tendría que ser yo el que se la pusiera. Que la anterior vez le había hecho muchísimo daño. No es la primera vez que alguien lo comenta.

Tal vez no pincho con la suficiente rapidez y convicción. Tal vez me falta un nosequé etéreo que algunas personas poseen de manera innata y otras, como yo, no. El caso es que hago daño. Extraer sangre, esa técnica que pensaba hacer bastante bien, resulta no ser tampoco mi fuerte. El otro día, una enfermera supervisora me dijo que le daba miedo cuando iba a pinchar. Enumeró la lista de cosas que hacía mal. Sé que ella opina que no tengo pinta de ser muy buen enfermero, y por eso cada vez que sé que me mira, me pongo horriblemente nervioso y mi grado de torpeza se multiplica por cien, hago todo al revés, me tiembla el pulso, cometo todo tipo de errores tontos... Yo también me daría miedo a mí mismo...

No puedo terminar ahora, así que luego sigo.

martes, 4 de diciembre de 2007

Energía negra


Energía negra. Me refiero con esto... a una sensación que llevo teniendo desde hace tiempo. Desde hace meses. Aproximadamente, desde que Damián me dejó.




En qué consiste la sensación... En que me veo envolviéndome en una espiral de pesimismo y oscuridad. Siento como si a mi alrededor hubiese un aura de energía negra que impide cualquier tipo de esperanza de volver a amar y ser correspondido. Sé que sueno dramático pero me siento así :(


En varias ocasiones ha surgido un rayo de luz en forma de posibilidad de volver a abrir mi corazón y sentir ese trocito de él que está completamente desaparecido. Y, tal cual ha llegado, ese rayito de luz se ha disipado al instante. Cada vez que he conocido a un chico que me hacía sentir algo, aunque fuera muy poco, una ligera atracción, las posibilidades de llegar un poco más lejos inmediatamente desaparecían. Me hice un perfil en una página, y de repente surgieron varias personas interesadas... Conocí a un chico cariñoso, dulce, en busca de pareja. Después de un día chateando y notándole eufórico por conocerme... Súbitamente ha cambiado de actitud, ya es más parco en palabras, ya me escrbe de manera más "reactiva" (vamos, que principalmente yo le hablo y él contesta) y en resumen noto claramente que por la razón que sea ha perdido el interés.




Igual que ese chico con el que hablé durante meses de todo lo habido y por haber, de lo mal que me llegué a sentir por Damián, de cómo me siento cuando salgo de noche, de cine, de comida... Y que cuando la relación se estrechaba más y más y faltaba un pasito por conocernos, desapareció. Ya no más llamadas, no más mensajes y nunca más verle en el messenger. Hasta hace unos días, en los que reapareció sin más y me dirigió brevemente la palabra para decirme cuatro palabras de cortesía absurdas después de todo lo que hemos llegado a hablar.




No sigo enumerando porque es aburrido y repetitivo, pero hay más. En definitiva, el esquema básico es que exceptuando a Terry, desde que Damián me dejó, sólo siento que un tipo de persona se ha interesado por mí: la que desea sexo.




Cuando se ha probado el sexo con amor, hacerlo sin amor es como una fotocopia en blanco y negro de una foto bonita. Es una necesidad biológica y no podemos vivir sin ella. Pero yo reconozco que me siento vacío y triste si la persona con la que comparto mi cuerpo de esa manera tan íntima se larga sin más después de haber acabado. Y a veces me temo que el día que deje de sentirme así, definitivamente perderé para siempre la capacidad de amar y sentir todas esas cosas irrepetibles que uno siente cuando piensa en esa persona.




Sumado a todo esto, aunque me había propuesto bajar el listón sobre lo que espero de mucha, de casi toda la gente que me rodea diariamente en clase y que a veces ingenuamente, o falsamemte, llamo "amigos", lo cierto es que a veces me noto lleno de rencor y decepción cuando pienso en ellos. Siento que cada uno va a sus cosas, que en definitiva a nadie le importa nadie excepto personas muy concretas, y que en cuanto terminemos las clases y nada "externo" nos una, cada uno se marchará a su esquina y cualquier atisbo de amistad será borrado. No puedo evitar comparar con mi anterior carrera, en la que hice amigos que hasta hoy conservo, de mejor o peor manera, y me doy cuenta de hasta qué punto las cosas son diferentes ahora y lo poquísimo que conecto con estos compañeros.




Fin del desahogo por hoy.