Hace más o menos un mes me hice un perfil en una página de contactos. Siempre me habían parecido páginas sórdidas donde sólo habría gente que no querría conocer. Pero en los últimos tiempos había sabido de varias personas que aprecio mucho que tenían un perfil, y pensé: si hay gente como ellos por ahí, habrá más gente que valga la pena conocer, y si ellos se han metido, por qué yo no.
Entre esas personas estaba Damián, mi intento-de-ex (fue tan breve y accidentado, que decir que éramos algo sería exagerar, y decir que no fuimos nada, sería mentir).
Pensé que era hora de remontar del todo y volver a darle una oportunidad a otra persona. En fin, para ser sincero todo está yendo un poco mal. Sigo recordando demasiado a Damián. Poco antes del fin de año, decidí que con la excusa de la navidad, era el momento ideal de escribirle, después de medio año sin saber absolutamente nada de él. Me daba muchísima pena que esta persona pudiese desaparecer de mi vida completamente. Era un mail sencillo: le contaba un poco de mi vida y le preguntaba por la suya, ya que la última vez que supe de él no iba muy bien. Intenté que no fuese ni frío ni excesivamente cálido... En fin, pasaron los días y no respondió, y yo cada día miraba el correo con el corazón en un puño. En fin de año, de madrugada... me llegó un mensaje de él para felicitarme el año nuevo desde un país bastante lejano. El mensaje iba firmado con su nombre. Entonces pensé varias cosas:
1. Quizás no respondió al correo porque estaba fuera.
2. No me había borrado de su agenda del móvil, pese al tiempo transcurrido.
3. Habiendo firmado el mensaje, daba por hecho que yo sí le había borrado a él.
No sabiendo muy bien cómo me sentía, le envié una respuesta de tono alegre contándole que ya volvía de mi fiesta, y deseándole feliz año.
Con el paso de los días, he pensado que si me ha enviado este sms, tal vez un día de estos volverá del viaje y me contestará al email. Pero eso aún no ha ocurrido, y empiezo a pensar que tal vez no llegará nunca, y tal vez debería dejarlo así y conformarme con este mensajillo como punto y final definitivo...
Conocer a Damián fue simultáneamente una suerte enorme y una mala suerte enorme. Quién te iba a decir que en un chat, lleno de gente que busca solamente sexo, una tarde cualquiera ibas a conocer a un chico interesante, de buen corazón, culto, amante del cine y la música y, no vamos a dejar eso de lado, físicamente mi tipo de hombre hecho realidad? Que empezaríamos a hablar y hablar y las palabras surgirían a borbotones, y notaría, aunque fuera por internet, esa sensación extraña que te recorre el cuerpo de arriba abajo y te hace sonreír de oreja a oreja?
Y que sin embargo, poco después, cuando saltamos de la pantalla a la realidad, todo iba a empezar a tambalearse y él iba a empezar a dudar, y finalmente a saber, a saber que no. A veces aún me atormento pensando que yo mismo sabotée mis posibilidades por mi timidez. En internet soy una persona habladora y capaz de llevar una conversación interesante (no lo digo por echarme flores, es lo que percibo...), y en persona, me cuesta más expresarme, no soy tan ingenioso y tengo la obsesión de que soy muy, muy aburrido.
Y así, poco después de enamorarme, de nuevo volví a sentir ese dolor terrible para el que apenas hay palabras. La persona de la que estás enamorado no siente nada por ti. La única forma de describirlo que se me ocurre es un enorme agujero que se te abre en medio del pecho y te absorbe hacia dentro.
Decía que conocerle fue también una mala suerte porque después de haberle conocido a él es como si se hubiese sentado un precedente horrible. Ahora sé que existe Damián en el mundo, y que nunca voy a volver a estar en su vida.
La página del perfil... Ayer leí un perfil de un chico que me hizo sentir fatal. Hablaba en tono muy prepotente y confiado de las cosas de las que estaba harto. Básicamente, venía a decir que nadie iba a encontrar el amor en esa página, que siempre que le escribía gente para hablarle de que estaban felices con sus novios, y que solo buscaban amigos, él terminaba "follándoselos". Que la gente se dejase de romanticismos y tragedias, porque allí se estaba para lo que se estaba. No sé, decía más cosas de este estilo, y que todos mentían, etc. A ver... entiendo que este chico, dado que era realmente guapo, atrajese muchas visitas con supuestas intenciones de amistad que en realidad quieren sexo, y eso le debe de parecer hipócrita. Sin embargo, quiero pensar que cada uno es como es, y nadie puede decir "aquí sólo se viene a hacer tal cosa", como si esa persona conociese todas las historias que tienen lugar allí. Cuando escucho hablar a personas como este chico, el mundo me parece un lugar frío e inhumano, y la idea de que un día todos vamos a desaparecer me hace sentir mejor.
He oído muchas veces esa afirmación sobre los chats de gays: que ahí sólo se busca sexo. Que de ahí no surge ningún amor. Yo, sin embargo, he encontrado el amor dos veces en un chat. Con final infeliz, vale, pero ocurrió, y de los finales infelices no está a salvo nadie.
Pero es innegable el hecho de que personas como Damián hay pocas :( Muy pocas. Hay alguna más?
Otro día, acerca de todos estos temas, haré un post sobre los conflictos de San Ronan con todas estas historias, porque como se puede ver, los conflictos con la afectividad y el sexo no los tengo nada solucionados...