miércoles, 11 de diciembre de 2013

Este era el peligro...

El pasado sábado tuve un lío de una noche con uno.
Quizás esto parece contradictorio con la situación de ultimátum de Ikki: si quiero volver o no. Cuando acabe la navidad.
Seguramente en realidad estoy intentando justificarme, pero sí pienso que puestos a decidir algo tan importante tengo que hacer de todo. Antes de dar el paso, estar con más gente y ver si de verdad quiero...

En fin, me veo divagar y escribir y francamente no sé a dónde quiero llegar. Ikki también ha aprovechado esta ruptura/tiempo muerto para liarse con otros durante estos meses, pero él por lo que se ve ya tomó una decisión, y quiere volver simplemente.

Yo, a base de emplear esta libertad estos meses, he llegado a esto que me pasó el sábado. Pues nada, nos conocimos en el chat y quedamos. La conversación por chat fue bastante más simpática y graciosilla de lo habitual (en ocasiones parece que chateas con un robot, de tan frío y mecánico que es todo con algunos). El hombre en cuestión me dio buenas vibraciones.

Y bueno, fuimos a su casa. A lo largo de este medio año experimentador, me he quitado casi por completo la carga de San Ronan que llevaba, y pensaba que era bastante capaz de tener sexo casi-anónimo, disfrutarlo, y seguir tranquilamente con ese puntito de autoestima extra que te da el sentirte deseado.

Bueno, pues la cosa esta vez se torció. Por alguna razón, el hombre esta vez me intimidó bastante, y aunque finalmente disfruté del rato, no estuve tan relajado como habría querido. Me fui a dormir, pensando si me escribiría poco después. Hasta ahora siempre habia sido así... un rato, unas horas, un día después, los hombres en cuestión me habían escrito un mensajillo para decirme lo bien que había estado y si querria repetir. Y ese mensaje del día después era como una droga. Otro masaje a la autoestima. Sentirte un poco más "humanizado" y menos objeto. Pensar que al otro le habías gustado lo bastante para querer más.

Pues nada de eso esta vez.

Al llegar la noche del día siguiente, no pude más y le envié un email (sólo tenemos los emails como forma de contacto). Me contuve: un email muy breve, dicéndole que me había parecido simpático y atractivo y que si quisiera repetir... Y hasta hoy no he sabido nada. Y siendo realista, a estas alturas ya parece claro que no voy a saber nada más....

Y os parecerá una estupidez, pero el hecho es que el tema me tiene mal. Compruebo el correo mil veces al día, tengo miles de pequeños bajones cada vez que veo que nada, y hoy miércoles sigo luchando con el impulso de escribirle otra vez y decirle que por favor al menos me responda algo. Que prefiere no repetir, que tiene novio (esta es la idea que se me ha metido en la cabeza, por un par de pistas que tengo), que en realidad aquello fue un error y no le gusta el sexo esporádico. Lo que sea, pero saber algo :(

Estoy constantemente repitiendo mentalmente el rato que pasamos, y tratando de deducir sus pensamientos. Pareció gustarle. Me sonreía mucho, con una sonrisa muy cálida. Dijo cosas bonitas de mi cuerpo. Me preguntó un poco por mi vida. Al acabar no fue brusco en echarme corriendo. Me dijo que no cogiera frío. Me dijo que teníamos los correos (para volver a quedar, se sobreentiende).También es verdad que durante el sexo parecía evitar besarme y hacía cosas como morder los labios en lugar de eso...

Y en fin, no sé...

Parecerá ridículo, pero con ninguno hasta ahora me había pasado sentirme así de desestabilizado. Me da miedo decir que me ha gustado de verdad, porque fue todo muy rápido y para qué negarlo, superficial, pero la verdad, me gustaría volver a verle, y si fuera sólo para tomar un café también. Me siento como si por dentro me hubiese quedado a falta de algo.

Es posible que todo esto sea simplemente que soy profundamente dependiente e inseguro, y necesito como una droga la aprobación y el aprecio, y no es que tenga ninguna clase de principio de sentimientos reales hacia este hombre ni nada así. Pero sea lo que sea, me paso el día pensando en él. Y en si me lo cruzaré por la calle, y cosas así.

Al embarcarme en esto, la opinión de Ikki había sido que yo no sé separar el sexo de los sentimientos, y quizás esto es la prueba. No puedo tomármelo como un desahogo y hala, la vida sigue. El peligro de tener relaciones esporádicas es que iba a llegar el día en que me sintiera vacío, que necesitaba más.

Y a todas estas, la semana próxima me marcho muy lejos, a mi ciudad, y a la vuelta, toca decirle a Ikki sí o no.

No hay comentarios: