miércoles, 1 de enero de 2014

La batalla de este año


Así a bote pronto tengo la impresión de que este es el primer año que escribo la tradicional entrada de propósitos para año nuevo el mismo dia uno. Aún no he revisado la del año anterior (sólo recuerdo que puse que quería aprender a silbar fuerte con los dedos, y al recordarlo me parece que fue hace unos pocos meses, seis como mucho, dios mío). No logré ese propósito, pero lo increíble es lo rapidísimo que se me ha pasado este año. Dicen que eso es sinónimo de haberlo pasado bien, pero de verdad puedo prometer que no es el caso. Sólo por cambiar de fecha no creo que vaya a salir automáticamente de la oscuridad que he vivido este año, pero en fin, uno se consuela pensando este tipo de cosas.
Un año está lleno de momentos buenos y malos, y en realidad tratar de resumirlo y etiquetarlo con un sólo adjetivo quizás es demasiado. Sin embargo, nunca como este año he sentido en el mundo en general y en mí mismo en particular tantas ganas de cambiar de cifra... Pero para eso precisamente están los propósitos. Para dejar de lloriquear y tomar cartas en el asunto. Para responsabilizarnos de todo lo que sí depende de nosotros. Fin del rollo, allá va mi lista de propósitos. Una vez más vamos a intentar que estos doce meses cuenten:

1. Salir del segundo armario Sí, el que yo sea gay en la gran mayoría de los ámbitos, siendo sinceros, ya da igual. No me rodea gente ultraconservadora. Pero he aquí el segundo armario: el tipo de hombre que me gusta rompe las expectativas de muchos. Me gustan gorditos, me gustan con pelo, me gustan maduros, me gustan sencillotes que tienen un halo de normalidad, me gustan los no-guapos. No los voy a llamar feos porque el adejetivo se usa muy alegremente y no lo comparto casi nunca, pero sí os cuento una cosa: los hombres calificados como oficialmente guapos me dejan frío. Los Míster, los actores guaperas, los modelos me atraen prácticamente igual de poco o nada que las chicas. Pues esta confesión que pongo aquí, en público me cuesta horrores hacerla. Porque me da miedo que la gente crea que soy un perturbado, un raro, un asqueroso. Pues este es el reto: hablar abiertamente de quién me gusta y quién no, y actuar en consecuencia. Descansa en paz, James Gandolfini.

2. Hacer amigos en la ciudad donde resido. Gran e importane reto. Esto no puede continuar así. Sí, es difícil cuando se es tímido, cuando no estás ya en el cole o en la universidad. Pues por ser difícil precisamente es que hay que ponerle más empeño.

3. Simplemente dí que sí. Sí a los planes, sí a las propuesas que te dan miedo o incluso pánico, sí a salirte de lo seguro, sí a ese plan en el que no sabes si encajarás. Sí, sí, sí. Sólo los sí te llevan a sitios.

4. Deja de dejarlo todo para luego. Seguro que si me pogo a revisar el blog esto me lo he propueso ya mil veces. Bueno, ya sabes por experiencia la de problemas que trae procrastinar, la de dinero, tiempo y oportunidades que pierdes, la gente a la que ofendes, las mil cosas negativas que se derivan de hacer las cosas mal y tarde. Esta, aunque es algo muy incrustado en mí, comparativamente es fácil.

5. Aprender a reconocer los caprichos tontos y diferenciarlos de lo que es necesario. ¿De verdad necesito ese objeto? ¿Me hace falta esa ropa? ¿Vale la pena ver esa peli? All you need is now, dice una canción. El consumismo tonto, al final, no llena ningún hueco, y más tarde puedes darte cuenta de que ese dinero quizás habría sido mejor emplearlo en algo necesario de verdad.

6. La más difícil y abstracta. Tengo que intentar aprender a mirar dentro de mí y llegar a la verdad. Estas dudas permanentes sobre lo que deseo son terribles y casi no me dejan vivir.

Hale, allá va. Quedan muchas lágrimas por delante, inevitables e imprescindibles. Y con suerte, después, sonrisas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Feliz año nuevo Ronan! Me ha gustado sobre todo el propósito número 6, pues es justo lo que te quería comentar al respecto de los post anteriores. Desde mi humilde perspectiva, es justo lo que te hace falta, así que espero que lo lleves a cabo. ¡Sigue a tu corazón!

Muchos besos y un abrazo

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ronan dijo...

¡Feliz 2014, Venus! Sí, el propósito 6 es el más importante probablemente, y el más difícil... Para todo lo reflexivo que soy, llegar a la verdad es lo más difícil para mí. Hay que intentarlo...

Oscura Paranoia dijo...

Seis propósitos dignos de mención, la verdad que sí. Mi pregunta es: ¿Sabes cómo llevarlos a cabo? Quiero decir, aprender a mirar dentro de ti o hacer amigos no es como proponerse estudiar más. Aunque te lo propongas necesitas un plan de actuación y conocimientos de cómo hacerlo, no? Basándome en mi experiencia no te recomiendo páginas online para hacer amigos, son un fracaso!!

Y el punto uno me hizo reír, mucho. ¿Qué más da quién te guste? ¿Acaso son los demás los que se los van a tirar? Cuando te des cuenta de eso, verás que ese propósito está chupado.

Te deseo mucha suerte para conseguirlos todos, aunque todavía queda todo el año por delante!!

Ronan dijo...

Muchas gracias por el comentario, Oscura! (te voy a llamar así, que se me hace menos raro que decir el nombre completo, jajaja). Pues mira, el punto uno me alegro de que te haya hecho reír, porque en el fondo es bastante estúpido, pero mira, mentiría si no dijera que lo paso mal con esa tontería. Hace poco trabajaba en un sitio donde uno de los clientes era un tío que a menudo era el blanco de las burlas y el desprecio de las compañeras. Ya no recuerdo si he hablado de él en el blog: iba con la ropa hecha un desastre (camisetas descoloridas de los años 80 al menos, pantalones agujereados y no en plan guay...), gordito, y de cara corriente y moliente (mis compañeras te dirían, me consta, "horrible"). A veces olía a sudor.

Era además un tío simpático, inteligente, culto, con mucho sentido del humor, humilde, propenso a un humor auto-despreciativo, y como te imaginarás, me gustaba un montón. Un montón.

Cada vez que mis compis le usaban como ejemplo de todo lo peor ("ímaginate que te entre uno como Diego, ajjjj") y yo pensaba que a mí no sólo no me repele sino que me gustaba, lo pasaba fatal. Y me daba la impresión de que si se enteraran de la verdad, me verían como alguien con serias taras mentales. En fin, el mundo está hecho para gente de gustos convencionales. Pero bueno, el caso es que como digo me he propuesto ser más sincero en este aspecto, porque lo que no puede ser es que al final uno acabe cortándose de ligar con quien le apetece por no "quedar mal".

Tienes toda la razón en que esos otros dos puntos son horriblemente difíciles, no sé cuál de los dos más, y no sé muy bien cómo hacer. Para tratar de hacer amigos internet no lo he usado (por ahí solo he hecho foll-amigos, que muy bien, pero no es lo mismo), pero estoy intentando la técnica de apuntarme a todo, decir sí a todo y ver qué pasa. De momento, para ser sincero, lo único que he conseguido es meterme en situaciones incómodas y sentirme como un pulpo en un garaje.

Y respecto a mirar en mi interior, eso principalmente iba por si volver o no con Ikki, mi ex. Hemos vuelto. Una mañana estaba estudiando y era incapaz de concentrarme pensando que quizás muy pronto él se hartaría de esperar. Y agarrando ese impulso instantáneo de "sí, quiero volver", le llamé y le dije que sí. No sé si fue buena idea o mala, pero de momento estoy bien, y sobre todo estoy tratando de vivir el ahora sin comerme la cabeza por lo que pueda pasar.

Gracias por escribir! Un beso!