jueves, 18 de julio de 2013

Las verdaderas opiniones

Sí, a ratos me planteo pedirle a Ikki que volvamos. Lo siento por ser tan pesado y contradictorio. La verdad es que el grado de confianza, conocimiento mutuo y afecto (vamos a llamarlo así, "afecto") que teníamos es casi un milagro, algo que no ocurre todos los días. No ocurre casi nunca.

Desde que rompí con él hemos tenido sexo un montón de veces (al principio llevaba la cuenta, pero la perdí). Y no me lo explico, la verdad, porque en teoría una de las razones para romper era que el sexo con él ya no me apetecía mucho. Además, tengo que decir que de estas veces, en muchas ocasiones el sexo ha sido fantástico, increíble. Si trato de razonarlo, sólo se me ocurre que soy un insatisfecho crónico que sólo desea lo que no tiene, y que ahora, al saber (dolorosamente) que él ya es libre y se acuesta con otros, de repente siento que se me escapa, que ya no le puedo dar por sentado. Pero entonces, si volviera con él, ¿volvería a sentir la falta de chispa que me llevó a romper con él? Es un círculo vicioso.

Ahora que hemos roto, se ha abierto la caja de pandora y no paro de descubrir cosas. Recientemente mi amiga Aisha me revelaba lo que opinaba una amiga suya con la que compartimos un día en el zoológico. Tengo que decir que guardo de ese día un recuerdo precioso, de un día totalmente feliz: el que entonces era mi novio, mi mejor amiga, una amiga suya que me cae muy bien y yo juntos viendo cosas interesantes, completamente a gusto, a mis anchas. Pues el caso es que ahora que Ikki y yo hemos roto, Aisha me revela que tanto su amiga como el novio de esta (que Ikki conoció otro día), se formaron una opinión horrible de él y de nuestra relación. Él les pareció pedante, "de pueblo" y muy dominante sobre mí. A la chica le parecía que me "anulaba" (y ya son dos personas sin ninguna relación entre sí que usan esa palabra), que no era igual delante de él que sin él, que cuando iba a hablar me interrumpía y ya luego no podía retomar el tema (al parecer durante la comida incluso dejé de hablar finalmente).

A veces es increíble cómo son vistas las cosas desde el ángulo de otra persona. Os juro que pensé que a esta chica Ikki le cayó muy bien y que el recuerdo que tengo de aquel día es que estuve totalmente a gusto y lo pasé muy bien con ellos. Pero fíjate si la chica tiene una opinión firme sobre el tema que le insistió a mi amiga en que me trasladara su opinión, ya que no querría que volviera con él.

En fin, para ser sincero estas opiniones negativas me las tomo con bastantes reservas. Es muy posible que Ikki me "anule" en cierto modo, y más sabiendo que yo soy una persona muy fácilmente anulable, que estoy constantemente pendiente de agradar y no decir cosas que ofendan. Cuando hablo para un grupo, a menudo siento inseguridad respecto a mí mismo y lo que voy a decir, el típico pensamiento de "esto que voy a decir ahora quizás les parecerá una tontería, van a pensar que soy poco inteligente, o raro, o ambas cosas". Y eso provoca que muchas veces el que alguien me interrumpa sea la estocada final.

Si alguien te interrumpe y tienes que retomar lo que ibas a decir, la expectación aumenta. Y si te interrumpen dos o tres veces entonces ya ni te digo, porque la gente se ríe, te mira fijamente y te anima a que intentes una vez más decir eso que pretendes. Y entonces la sensación de que eres tonto y "pequeño" y lo que vas a decir es una estupidez que no merece tanta atención, ya sube a niveles estratosféricos.

Así que como digo, aunque me impacta escuchar estas opiniones, no me ayudan mucho a tomar una decisión, ya que en definitiva yo también sé que si en algunas cosas Ikki me anula, en otras me "intensifica". Con él me puedo sentir absolutamente yo mismo, puedo explicar todas mis opiniones e ideas más polémicas o raras y puedo sentir que me entiende. Con él he podido sentirme como una persona completamente normal, y eso es algo que casi nadie más me provoca.

Así que aquí seguimos, en la casilla de "te quedas en la cárcel un turno más".

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