miércoles, 28 de octubre de 2009

Y ahora...

A veces creo que mi blog posee una especie de maldición por la cual, todo aquello de lo que hablo en una entrada sufre un cambio radical al poco tiempo.

Sin darle más rodeos: después de lo que decía de renunciar a la independencia y buscar el hueco personal y todo aquello, resulta que por cuestiones laborales Ikki y yo volvemos a vivir separados, y sólo nos podremos ver fines de semana. Ocurrió completamente de golpe, y la verdad es que aún estamos digiriéndolo. Hoy al teléfono tuvimos que ponernos a hablar de cosas pragmáticas y dejar de lado el sentimentalismo, porque si no habríamos empezado llorar, y de qué serviría.

Hoy ya he vuelto a pasar el día solo, y le he echado muchísimo de menos. Es verdad que deseaba poder tener más ratos para mí, pero desde luego no puedo negar que Ikki es una bendición en mi vida, un verdadero regalo del cielo. Ha sido un solo día sin él y de repente he sentido como mis inseguridades vienen de vuelta a plena potencia. Acostumbrado a ir junto a él por la calle a cualquier sitio, de repente vuelvo a sentir ese miedo que me envuelve si estoy a solas en lugares públicos. Miedo a las miradas de los extraños, a que alguien me mire a los ojos y en seguida perciba lo inseguro que soy, y me haga sentir como un libro abierto. Miedo a encontrarme con algún conocido, quizás algún compañero del hospital, y que entonces no se me ocurra qué decir y tartamudee, y le parezca un bicho raro. Parecerá un tontería, pero además ahora con el cambio horario y que anochezca tan pronto hace que de repente el mundo me parezca un lugar más deprimente y amenazador.

Me siento un poco culpable por las cosas que dije. Está claro que nunca se puede estar del todo contento con la situación. Quizás si Ikki hubiese encontrado trabajo aquí, hubiésemos podido cada uno poder tener nuestro hueco fácilmente y habría sido genial, pero ya no tiene sentido plantearse todo eso. Ahora se trata de adaptarse de nuevo, qué otra cosa se puede hacer.

3 comentarios:

israel dijo...

Sí que es verdad, qué casualidad.

Eso pasa, aquello de que uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde. Bueno, claro que sabes lo que tienes pero ya me entiendes. Parece que la vida nos pone a prueba para que nos demos cuenta de algunas cosas y no nos engañemos, los humanos somos un poco inconformistas por naturaleza.
Quizá dentro de poco podáis vivir otra vez juntos y ya no tendrás ninguna duda al respecto.

Es normal que sin él -que quizá te hace sentirte más seguro- te sientas así, a mí también me parece hostil el mundo muchas veces, pero mientras estéis en contacto -aunque sean los fines de semana- todo irá bien, seguro.

Venga ánimo ;)

Ronan dijo...

Gracias Isra =)

Los primeros días estaba muy triste cada vez que entraba al piso o me iba a dormir a solas, pero según pasan los días, uno se va adaptando y ahora ya es como lo "normal" estar aquí solo. Tienes toda la razón en lo de darse cuenta de lo que se tiene. Mira que oímos veces esto, y sólo a veces lo teneos en cuenta. Aún dentro de lo malo, tengo que dar las gracias por poder verle muy a menudo, podría ser mucho peor...

israel dijo...

¿Y el curro qué, cómo va? ¿Eres el jefe ya o qué?
:P