Chicos, en un momento de impulso positivo, decidí volver a intentarlo con Ikki. No sé si hice bien, no sé si hice mal. De momento me siento bien, y quiero limitarme a vivir el día a día. Aunque a ratos aparezcan nubarrones, de los que hablaré al final.
Como mínimo, uno de mis propósitos para 2014 lo estoy llevando a rajatabla: el del sí a todo. A menos que alguien me proponga tirarme por un puente o caminar sobre cristales rotos, etc., soy el hombre del sí.
Ahora, tengo que decir también que el camino del "Sí a todo" me está resultando estresante y duro.
No dejo de ser una persona muy tímida y con muchas inseguridades, y me resulta difícil estar constantemente saliéndome de la zona de confort y exponiéndome a situaciones y gente nueva. Hace poco, un fin de semana, cené y comí con dos grupos de gente distintos (en días distintos, también). Todo gente relacionada con un deporte que hago.
En el primero de estos grupos digamos que conocía a dos o tres de sus miembros, pero cuando llegó la cena, fui descubriendo con inquietud que ellos habían formado una peña numerosa (¿más de veinte quizás?) y mucho más unida de lo que me pensaba, con sus anécdotas, su grupo de wasap, su nombre de grupo, sus bromas... Si hay una situación social que se me hace dura por encima de todo es verme rodeado de una gente que conforman un grupo de amigos. Esa sensación de no saber de dónde agarrarte, en quién apoyarte, cómo "entrar" en algo que está ya tan formado. Y eso por no decir que en este tipo de grupos lo que prima son las conversaciones de broma, donde unos y otros se toman el pelo mutuamente y no suele haber un "tema" de coversación realmente. Me manejo fatal en las conversaciones-de-tomarse-el-pelo, porque no es mi estilo para nada y bueno, en realidad si no eres parte de un grupo realmente no tienes mucho que decir. Para más incomodidad, entre broma y broma estaban planeando sus disfraces de grupo para estos carnavales, y yo no sabía ni para dónde mirar. ¿Me invitarían, no me invitarían, se sentirían obligados a invitarme? Bueno, finalmente digamos que una de las chicas que conocía de antes me medio-invitó. Fue un poco abstracto y en el aire todo y no sé si llegará a ocurrir. Pero en fin, ahí de nuevo dije que sí, o para ser sincero dije algo así como "ah, pues bueno" con la boca, digamos, mediana. No me pidáis milagros. Pero si se concreta la invitación, iré, y que sea lo que dios quiera.
El domingo se repitió algo similar. En esta ocasión conocía un poquito a una chica del grupo en cuestión, y de medio rato a otros dos. La situación, básicamente la misma que el párrafo anterior: las conversaciones de bromas, el no saber bien cómo trabar conversación y con quién, etc.
Quizás leyéndome imagináis que me quedo en una esquina atemorizado y escuchando a los demás hablar y reírse, pero no es exactamente la verdad. En realidad quedarme callado me daría más vergüenza aún, y trato de trabar conversación a menudo con quien pueda y como pueda.
Llega un punto en que te preguntas si es que la situación en sí misma es difícil y esto no es culpa mía, o si es que simplemente no soy compatible con la mayoría de la gente y su sentido del humor, si es que sí es culpa mía que lo hago mal, si emito unas ondas de "busco amigos" que echan para atrás... No sé, el caso es que sinceramente tengo la sensación de estar todo el rato lanzando la caña, de estar saliendo hacia afuera. Me recuerdo, este mismo domingo, tratando de dar conversación a una
chica sentada a mi derecha, con su silla ligeramente ladeada hacia su
derecha, es decir, dándome en parte la espalda, y respondiendo ante los
intentos de trabar conversación, sí, pero nunca preguntándome a mí o
iniciando la conversación ella. Quizás ella en concreto era un poco difícil; la verdad es que con otra gente fue mucho más fácil, e incluso hicieron por dirigirse a mí. Me gustaría a veces que me acompañara un coach invisible y me dijera exactamente qué hago mal o si es que no es culpa de nadie. Hace años, cuando me marché de casa para estudiar fuera, mi madre me escribió algo que me impactó muchísimo y nunca he olvidado.
Venía a decir algo así que como no tratara de adaptarme a la gente, sino que dejara que fueran ellos los que vinieran a por mí.
Quizás así leído os parece un consejo horrible; el caso es que no recuerdo las palabras exactas, pero me impactó mucho, porque desde luego me siento como que estoy constantemente adaptándome a los demás. Sin embargo, a veces ves a gente profundamente distinta, que no hace nada por pulir sus "rarezas", y están rodeados de gente afín. Gente con gustos musicales infrecuentes, gente con aspiraciones raras, gente con un sentido del humor o una cultura que les distancian radicalmente de la mayoría.
Mi prima, con diez años, viendo un DVD de Maria Callas con su amiga de su edad, a la que también le gustaba Maria Callas. Aslaska y Mario, con un gusto estético y artístico muy alejado de la mayoría, juntos, debatiendo sobre alguna desconocida peli de serie B. Grupos de amigos fans de Star Wars peleándose con espadas láser de plástico en el parque. Grupos de amigos que van juntos al concierto de un grupo tan desconocido que el aforo del recinto no supera las mil personas.
¿Ha sido casualidad? ¿Es una energía que uno proyecta? ¿Es suerte? ¿Cómo lo han hecho?
Por momentos no puedo evitar preguntarme si no me estoy dando cabezazos contra la pared y no me va a servir de nada forzarme a este tipo de situaciones. Si sólo me va a servir para pasar ratos de incomodidad y desanirmarme por sentirme solo entre una multitud, que es un tipo de soledad especialmenet dañino. Si quizás hay que rendirse al destino y dejar que me aparezcan amigos espontáneamente, sin buscarlo, si es que aparecen, y si no pues nada. Hacer como dice mi madre y ser radicalmente yo mismo y que se acerque quien quiera. A mí eso no me sale fácilmente.
De momento sigo con el plan, porque la verdad es el consejo que me daría a mi mismo si yo fuera otro, y como dijo una amiga, cuantas más puertas golpees más posibilidades hay de que una se abra.
Hoy veía en YouTube un video del proyecto It Gets Better (gente gay explicando lo dura que fue su infancia/adolescencia, y cómo las cosas con el tiempo siempre van a mejor, para animar a gente que esté pasándolo mal).
El video era hermoso, pero tengo que decir que me ha dejado revuelto. En primer lugar ocurre que el chico del video me gustó. Me angustia cuando alguien me gusta de esa manera. El hombre en cuestión está casado, con otro hombre, y por lo que se ve, muy feliz. Se le veía en paz consigo mismo. Yo estoy otra vez con Ikki, y no me gusta encontrarme con gente que me guste. Ahora me diréis que es nomal, que tenemos ojos en la cara, etc, pero veo a este tío en el video, le veo hablando de su marido, tan bonachón y sencillo, y no le imagino sintiéndose atraído por otro. Ocurre además que el hombre hablaba de la época en que salió del armario, del agradecimiento y cariño que sintió por la gente que le rodeó en esos momentos, y de cómo fue un año emocionante y duro pero maravilloso de su vida.
Y yo sentí al escucharle una mezcla de celos y melancolía. Mi época de salir del armario no fue nada épica ni emocionante, y fue bastante amarga, porque se solapó con el momento en que mi entonces mejor amigo, también gay, entró en otra órbita, conoció a otra gente, conoció a su primer novio, y bueno, floreció. Y yo medio-entré en ese grupo, pero nunca fui uno más y acabé excluido de él de forma natural, y al final todo se tiñó de amargura y tristeza, porque a este amigo lo quise muchísimo y sentía una conexión con él que prácticamente nunca antes ni después he sentido. Total, que más que un momento de salir, tener experiencias y disfrutar de la recién encontrada libertad, fue un momento de sentirme solo y "dejado atrás".
En fin. Casi al final del video, el hombre dice una reflexión bonita y universal, que me viene al pelo para mis planes de este año. Que ánimo, porque por muy particular que seas, siempre hay alguien por ahí con quien puedes encajar.
Ahora que estoy con Ikki de nuevo ya no me siento solo, pero esto no es la solución, sigo queriendo hacer amigos de verdad en esta ciudad, porque ya es casi una obsesión. No sé cómo explicarlo pero es como que tengo que demostrarme a mí mismo que existe gente ahí fuera quie pueden ser mis nuevos amigos de verdad, con los que puedo encajar, ser yo mismo de verdad.
4 comentarios:
¡Hola! Me alegro mucho de tu actitud positiva, te felicito por eso porque haces muy bien en salir y conocer gente y en plantearte cosas, intentar aportar una chispa nueva a las cosas. Si sigues por ese camino poco a poco verás que aprenderás muchas cosas y vivirás mucho más. No creo que en esas dudas que tienes haya una respuesta exácta a cada pregunta. Creo que todos nos hacemos esas preguntas y nos vemos en situaciones parecidas. Yo también soy lo más raro que hay en el planeta tierra y tengo un sentido del humor y forma de ser que muchas veces es como si fuera de otro planeta. Al margen de eso, hay veces que me siento directamente una niña especial, por la cantidad de paranoias que tengo y porque muchas veces me siento como un pingüino en un garaje, me he sentido muchas veces como si no tuviera ni puta idea de cómo actuar y aún a día de hoy sigo luchando por no sentirme mal, por aceptarme, por no agobiarme tanto en situaciones que no sé cómo desenvolverme... Tu alomejor estás tenso, pero lo mío es peor porque me pongo a la defensiva y a la gente le da miedo hablarme xD Yo qué sé, son cosas que hacen sufrir mucho pero, hay que intentar salir de eso de una forma u otra, probando cosas.
¡Feliz año!
Hola, no te conozco de nada, pero tu entrada me ha llamado mucho la atención. En mi humilde opinión creo que hay gente con la que podemos ser nosotros mismos pero hay gente con la que tenemos que adaptarnos, aunque sea un poquito. En mi caso creo que se me da muy mal adaptarme, tengo mis amigos más cercanos desde hace muchos años y ahí sí que siento que puedo ser yo misma, sin embargo también me relaciono con gente con la que siendo yo misma no me siento del todo cómoda, aunque nos conozcamos desde hace tiempo, pero tampoco soy capaz de adoptar una actitud completamente distinta a la mía real. Creo que la clave está en alcanzar un equilibrio, ceder un poco y que los demás a su vez cedan también, aunque claro está las mejores relaciones son con aquellas personas con las que tienes una compenetración plena, con quienes puedes ser tú mismo en cualquier momento. Un besín.
Joder, que entrada más llena de verdad y sabiduría. ¡Qué buen análisis y qué buena reflexion!
Yo soy como tú, pero peor. Es decir, yo también me obligaba a salir con gente que no conocía de nada, pero sí me quedaba en una esquina callada. De hecho todavía lo hago. Suena absurdo, pero si yo tuviera mi grupo de amigos y estuviésemos de contando anécdotas y viniese un extraño a meterse, me sentaría muy mal; así que espero siempre a que me den turno de palabra o se interesen por mí, aunque eso a veces nunca pasa...
A pesar de mi visión lúgubre del mundo, te voy a apoyar en esta andadura del sí y te voy a decir que puede que haya luz al final del túnel. Para mí parece que no, pero a la peña parece q le resulta, así que yo ya acepté que tengo un problema inherente. El problema soy yo, no los demás, así que como tú eres un ser diferente a mí, estoy segura de que conseguirás tu objetivo.
Al menos tienes novio, yo ni una cosa ni otra, hay que joderse... Juas. Por cierto, ¿sabes que yo tb me fijo mucho en lo de la gente peculiar que tiene cerca a su alrededor y siempre pongo de ejemplo a Alaska y Mario? Es lo que hizo en su dia Marilyn Manson, dijo: ¿Por qué cambiar para intentar entrar en un círcula en el que nunca seré del todo en lugar de ser yo mismo y decidir a quién dejo entrar en mi círculo? También intenté esta filosofía de vida, pero me salió como el culo, ya ves.
En fin, que gracias por tu último comentario en mi blog. Te puse en mi blog roll para ver cuando actualizas pq ahora q estoy más antisocial que nunca echaré un vistazo de vez en cuando por aquí :)
Antes que nada, perdón a las tres por haber tardado tanto en escribir. Me hace mucha ilusión cuando alguien me escribe algo.
Venus y Paranoia, ambas que sacáis el tema de sentiros demasiado raras y de haber tirado la toalla... Bueno, evidenmente yo también me he sentido y me sigo sintiendo un perro verde en numerooooosas ocasiones, no en vano el subtítulo del blog es "memorias de un pulpo en un garaje", pero volviendo a lo que decía el hombre del video, quiero pensar que sí, hay gente rara y especial por ahí perdida, que encaja con nosotros, por raros que nos sintamos. Alaska y Mario son bastante raros francamente... aunque no deja de ser verdad que también tienen mucho carisma, y eso ya es algo que llevas en el pacl o no lo llevas. No sé vosotras pero yo desde luego no soy nada carismático.
Al hilo de lo que comenta Raquel, en realidad los verdaderos amigos son aquellos con los que estás a gusto siendo tú y fuera, pero no puedo negar que con el paso de los años me he ido tratando de "descafeinar" y proyectar una imagen lo más accesible posible por no espantar a la gente... Pese a todo, siempre de cuando en cuando pienso que esto no está bien, y el ejemplo de Marilyn Manson es otro ejemplo maravilloso. Lo que pasa es que es algo que, francamente, es muy difícil que salga bien :(
Siento que estoy divagando, porque la verdad finalmente nunca llego a una conclusión. ¿Es mejor tratar de gustar y "descafeinarse", y aunque no llegues a conectar de verdad, sentirte menos solo, o es mejor ser radicalmente auténtico y arriesgarte a quedarte del todo solo hasta que alguien aparezca que valga la pena? Yo desde luego en mi día a día tiro por la opción uno, aunque es verdad que de vez en cuando tienes un golpe de suerte y puedes dar con un amigo de verdad, con el cual no hará falta fingir.
En fin. Que estamos donde estábamos :(
Respecto a lo del sí a todo, debo reconocer que estas semanas he bajado el ritmo. Por un lado han surgido menos oportunidades y por otro yo me he resguardado un poco más, porque psicológicamente tiene un precio alto esta actitud. No puedo soportar sentirme todo el rato como me sentí en varios momentos de aquel finde...
Un beso para las tres
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