lunes, 11 de marzo de 2013

Tina Cohen-Chang

Los que veáis Glee, os habréis fijado en Tina, la miembro asiática e inicialmente gótica del grupo... o quizá no os habréis fijado nada. No es difícil: Tina es casi sin duda el personaje central con menos frases, líneas argumentales, canciones... En la gran mayoría de los capítulos, Tina no hace prácticamente nada relevante. Está ahí, diciendo alguna que otra frase (tartamudeando, en sus primeros capítulos), haciéndole los coros a alguien, sonriendo o poniendo cara seria ante lo que alguien dice, o diciendo algo que queda totalmente disuelto entre en el mar de lo que los demás dicen o hacen.

Tina es mi personaje favorito de Glee, sobre todo durante su primera temporada. En los últimos tiempos las cosas han cambiado bastante y ahora digamos que ya no es el mismo personaje: dejó de ser gótica sin ninguna explicación, empezó a hablar alto y claro y en los últimos capítulos tiene incluso una actitud respondona y borde, y hasta alguna que otra línea argumental en la que juega un rol importante. Pero cuando todo empezaba, se convirtió sin pararme a pensar en ello en mi personaje favorito, y no sé si por casualidad o porque una parte de mí lo intuyó, un tiempo más tarde:  ¡era casi exactamente como yo! Yo también suelo hacer el papel de "personaje secundario" en las relaciones sociales, no canto ningún "solo" y en medio de las conversaciones grupales, sólo digo alguna frase suelta que básicamente no influye en nada.

Recientemente han esta de visita unos amigos de Ikki y todo esto, que queda camuflado cuando estamos él y yo a solas, surgió una vez más. En estas situaciones, acaba quedándome siempre un poso de amargura y desánimo. El notar lo mucho que me cuesta encajar con la gente normal, con los grupos, me pone muy triste y me hace sentir como un perro verde. 

Por otra parte, es fascinante el efecto que tienen los distintos grupos en las personas. Hace meses fuimos de viaje con una amiga mía y otros amigos de ella, y según me hizo saber mi amiga más tarde (y yo ya lo sospechaba), Ikki no cayó nada bien a los demás. Les resultó pedante y borde. Yo en cambio les caí bien (la frase que le dijeron a mi amiga fue "¡adoptamos a Ronan!"). No puedo negar que verdaderamente Ikki se comportó a menudo de manera huraña y poco adaptable durante aquel viaje.

Sin embargo, en este contexto "inverso" de la visita de sus amigos, claramente el que no encajaba era yo, y contrariamente al viaje, Ikki se mostraba siempre dispuesto a hacer todo lo que los demás propusieran (en esta situaciones, yo debo evitar sugerir nada, porque entonces él me mira con aprensión y trata de quitarme la idea). La verdad es que creo que no llegué a caerles lo que se dice "mal", eso sería exagerar, pero digamos que en las conversaciones, en el grupo, yo no aportaba mucho. Ahora voy a hacer eso que siempre se dice que no se debe hacer de sacar conclusiones sobre lo que los demás han pensado de ti, pero la sensación que me queda claramente es que ellos deben pensar que soy un soso y un simple que no está a la altura de lo que Ikki podría tener.

Dentro de de poco vamos un fin de semana a su pueblo. Tengo muy pocas ganas, porque eso significa que esta situación se va  prolongar casi a tiempo completo durante 48 horas seguidas. Y dos días enteros sintiéndote el personaje secundario hacen muchísimo daño a tu autoestima.

No hay comentarios: