viernes, 2 de noviembre de 2012

Independiente dependiente

Seguro que has escuchado esa historia del perro que pasa mucho tiempo encadenado a un palo. cuando por fin un día sacan el palo del suelo y el perro puede irse a donde quiera, se queda ahí. Nunca sale del radio de movimiento que le permitía la cadena.

Pues así soy yo.

Ikki y yo pasamos muchísimo tiempo juntos. Tenemos algunos amigos en esta ciudad y a veces hacemos salidas y cenas con compis del trabajo, pero la mayor parte del tiempo libre lo pasamos juntos. A menudo, en esos ratos me siento un poco agobiado y pienso en la cantidad de cosas que me gustarñia ponerme a hacer si no estuviera con él. Quizá ordenar por fin todos esos papeles (una ridiculez, pero necesario). Comprarme esa ropa cara y un poco absurda que él considera un despilfarro. Ir a tal sitio. Ver todas esas películas que tengo pendientes. Leer todos esos libros. Tener la posibilidad de ligar con gente nueva, sentir que le puedes gustar a alguien más. Sí, esto también.

¿Y sabéis qué hago cuando tengo una tarde o un día libre, como hoy, y él no está porque está en su pueblo o trabajando? Nada. De nada. Hoy ha sido uno de esos días. De repente, sin él al lado, el mundo me parece un lugar hostil y frío (figurada y literalmente, ahora que es otoño), y salir a la calle yo solo a hacer cosas se me hace cuesta arriba. De repente la mirada de los extraños me pesa mucho más, y siento como si de alguna forma invisible, el mundo no estuviera hecho para gente sola. Sé de gente muy independiente, y les envidio. Gente que hace turismo sola, que va a bares o a la discoteca sola cuando le apetece (supuestamente se liga mucho más que si vas con gente). Yo disfruto mucho menos del turismo si voy solo, porque no me siento igual de a gusto y en parte pienso que todo pierde parte de su sentido si no puedes comentarlo. Respecto a los bares y tal, bueno, eso ya es otra liga y no sé si nunca sería capaz.

Al final, esta tarde, decidido a no dejar que pasase el día absurdamente en casa, y queriendo ponerme a prueba, me fui a ver una exposición que llevaba tiempo queriendo ver. Me dije que iría con calma, leyendo bien los carteles, concentrándome en disfrutar de lo que veía sin pensar en nada más. Al salir miré el reloj, y comprobé que quizás habría pasado unos tres cuartos de hora, o quizás algo más de media hora. Bueno, siendo bueno conmigo mismo, a lo mejor de por sí no se tarda tanto en ver una exposición de una sola planta, y la verdad es que me lo tomé con toda la calma que pude...

Mi mejor amiga Aisha y yo a menudo hablamos de si deberíamos romper con nuestras parejas por no sentir lo que deberíamos... en este dilema se entremezclan todo tipo de cosas a favor y en contra, y una de la que más nos pesa a ambos, es este egoísta miedo a la soledad que nos amenaza a ambos. Sí, es fácil hablar, pero el mundo a solas me puede dar mucho miedo, y quizás si al final diera el paso a lo mejor terminaría viviendo una vida pequeña y triste, trabajando y pasando el resto del tiempo en casa, saliendo solo para hacer la compra.

Hoy me venía a la mente el pequeño curso de japonés que hice este verano. Me apunté no sólo por el idioma en sí, sino por abrirme un pequeño hueco nuevo en el mundo, en esta ciudad. Casi siempre que me he apuntado a algo he acabado alegrándome de haberlo hecho. Cursos de idiomas, de escribir, de cualquier cosa. Me viene muy bien, a mi personalidad evitativa y con tendencia a la pasividad y la dejadez, tener algo que estructure mis días, tener a gente compartiendo un objetivo sobre el que puedes hablar, unos horarios, una finalidad.
El curso de japonés fue un éxito a medias. Aunque fue hace muy poco, recuerdo con cariño a mi único compañero de clase. A la profesora con su humor contagioso. Al paseo de los árboles en esa zona de la ciudad que no conocía y que durante aquellos días visité tanto. El paseo de los árboles, abrazado por el calor de aire en verano.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Conozco esa sensación, yo ahora que voy a unas clases en otra parte de la ciudad he descubierto un nuevo mundo, que oye, dentro de la rutina siempre te alegra, y estar con gente haciendo algo siempre alegra, sea lo que sea. Respecto a las relaciones, yo estoy al otro lado, soy exáctamente esa persona triste que sólo sale para hacer la compra y que se va de turismo sola xDDDDDD

Ronan dijo...

Pues sí, es una sensación muy agradable, sobre todo si el ambiente de la clase es bueno. Si no es mucha indiscreción, ¿de qué es tu curso? Yo tengo muchísimas ganas de volver a apuntarme a algo y volver a tener ese algo más, y que no todo sea estar trabajando o salir con Ikki.

Sé que dar consejos desde mi posición es facilón e hipócrita, Venus, pero en fin, estar soltero también tiene su parte buena, y a veces pienso que cuando lo estuve no aproveché las posibilidades que tuve, conocer a más gente, haber ligado más... A veces querría volver a ese punto, con lo que sé ahora. Nunca se sabe cuándo va a aparecerte una pareja, y quizás, aunque te lo vendan siempre en las pelis, no aparezca nunca uno "definitivo", pero aunque ya digo que puedo sonar hipócrita, creo que lo que hay que hacer es disfrutar de la soltería sin buscar nada. En mi trabajo estoy rodeado de gente divorciada que tiene un concepto muy cínico del amor, y supongo que de alguna manera me hacen ver las cosas desde otro punto de vista...

Anónimo dijo...

Hola Ronan. No, si por lo visto lo raro es encontrar a alguien que crea en el amor... Pero tampoco puede ser tan complicado no? Yo llevo 28 años buscándolo y una vez he conocido el amor, al menos por mi parte y sé que me gustaría estar con alguien. Es lo que a mí me gustaría, es lo que siempre he querido y lo que creo que queremos todos, tener a alguien que nos quiera. Alguien que nos dé la fuerza para luchar cada día por ser como somos. No sé, pero si yo todavía no he tirado la toalla después de tantos años de no conseguirlo,... creo que la gente se vuelve cínica con mucha facilidad porque es lo más sencillo. Mis clases son de dos asignaturas que me quedan de la carrera y sí, hay un buen ambiente en clase gracias al profe que es muy majo.

Mi consejo (sin que me lo hayas pedido) es que intentes hacer aquello que quieras y que te guste, lánzate y ábrete más, que la vida son dos días. Se te nota con ganas de hacer cosas, aprovéchalas, seguro que serás más feliz, y si quieres hacer lo que sea que se te pase por la cabeza, pues lo haces y ya está. Que conste que yo no hago todo lo que se me pasa por la cabeza, pero ya me entiendes jejejejejeje Que vivas un poco.

Ronan dijo...

Muchas gracias por esto que me dices, Venus =) Tienes toda la razón, tengo que lanzarme más a todas esas cosas por hacer. Este es uno de mis propósitos para este nuevo año. Quizás más o menos el que me hago cada año, pero con el impulso renovado de empezar una nueva cifra en el calendario. ¡Un beso grande!