A veces creo que mi blog posee una especie de maldición por la cual, todo aquello de lo que hablo en una entrada sufre un cambio radical al poco tiempo.
Sin darle más rodeos: después de lo que decía de renunciar a la independencia y buscar el hueco personal y todo aquello, resulta que por cuestiones laborales Ikki y yo volvemos a vivir separados, y sólo nos podremos ver fines de semana. Ocurrió completamente de golpe, y la verdad es que aún estamos digiriéndolo. Hoy al teléfono tuvimos que ponernos a hablar de cosas pragmáticas y dejar de lado el sentimentalismo, porque si no habríamos empezado llorar, y de qué serviría.
Hoy ya he vuelto a pasar el día solo, y le he echado muchísimo de menos. Es verdad que deseaba poder tener más ratos para mí, pero desde luego no puedo negar que Ikki es una bendición en mi vida, un verdadero regalo del cielo. Ha sido un solo día sin él y de repente he sentido como mis inseguridades vienen de vuelta a plena potencia. Acostumbrado a ir junto a él por la calle a cualquier sitio, de repente vuelvo a sentir ese miedo que me envuelve si estoy a solas en lugares públicos. Miedo a las miradas de los extraños, a que alguien me mire a los ojos y en seguida perciba lo inseguro que soy, y me haga sentir como un libro abierto. Miedo a encontrarme con algún conocido, quizás algún compañero del hospital, y que entonces no se me ocurra qué decir y tartamudee, y le parezca un bicho raro. Parecerá un tontería, pero además ahora con el cambio horario y que anochezca tan pronto hace que de repente el mundo me parezca un lugar más deprimente y amenazador.
Me siento un poco culpable por las cosas que dije. Está claro que nunca se puede estar del todo contento con la situación. Quizás si Ikki hubiese encontrado trabajo aquí, hubiésemos podido cada uno poder tener nuestro hueco fácilmente y habría sido genial, pero ya no tiene sentido plantearse todo eso. Ahora se trata de adaptarse de nuevo, qué otra cosa se puede hacer.
miércoles, 28 de octubre de 2009
lunes, 5 de octubre de 2009
Juntos
Por fin saco un hueco para escribir...
La razón del tiempo que ha pasado desde la última vez es que desde hace unas semanas, Ikki y yo estamos viviendo juntos, y no encuentro un hueco para escribir. Para mí el blog es algo personal, así que no podría escribir mientras él está a mi lado.
Y la situación con el blog es un poco un reflejo de todo lo demás en general. Por primera vez en mi vida experimento el estar "casado", con lo bueno y lo malo que tiene, que es básicamente lo mismo: nunca estás solo. Se acabó mirar lánguidamente el tiempo pasar una tarde y añorar poder tener un plan con alguien, para dar una vuelta, ir a ver una peli, a comprar algo, etc. En los útlimos años con tanto viaje a ciudades extrañas lo he vivido mucho, y puede llegar a ser muy deprimente.
Pero... la verdad es que también echo de menos esa independencia de tener un rato solo para ti, y hacer lo que quieras en silencio, sin dar cuentas a nadie.
Al vivir juntos me doy cuenta de que quizá la necesidad de espacio propio de Ikki es menor, porque noto que él nunca tendría algo así como un blog secreto; en ese sentido es más "transparente" que yo. A veces siento que yo le conozco completamente, que no me queda ningún gran secreto suyo por decubrir, mientras yo guardo alguna que otra cosa que sí se podría considerar importante. No pasa nada, realmente, son cosas del pasado y no son tan relevantes a día de hoy. En definitiva Ikki es sin duda una de las personas en quien más confío en el mundo...
Sólo espero que con el paso del tiempo nos vayamos "recolocando" y además del rato juntos tengamos también cada uno momentos personales, que además creo que son importantes para alimentar la relación.
La razón del tiempo que ha pasado desde la última vez es que desde hace unas semanas, Ikki y yo estamos viviendo juntos, y no encuentro un hueco para escribir. Para mí el blog es algo personal, así que no podría escribir mientras él está a mi lado.
Y la situación con el blog es un poco un reflejo de todo lo demás en general. Por primera vez en mi vida experimento el estar "casado", con lo bueno y lo malo que tiene, que es básicamente lo mismo: nunca estás solo. Se acabó mirar lánguidamente el tiempo pasar una tarde y añorar poder tener un plan con alguien, para dar una vuelta, ir a ver una peli, a comprar algo, etc. En los útlimos años con tanto viaje a ciudades extrañas lo he vivido mucho, y puede llegar a ser muy deprimente.
Pero... la verdad es que también echo de menos esa independencia de tener un rato solo para ti, y hacer lo que quieras en silencio, sin dar cuentas a nadie.
Al vivir juntos me doy cuenta de que quizá la necesidad de espacio propio de Ikki es menor, porque noto que él nunca tendría algo así como un blog secreto; en ese sentido es más "transparente" que yo. A veces siento que yo le conozco completamente, que no me queda ningún gran secreto suyo por decubrir, mientras yo guardo alguna que otra cosa que sí se podría considerar importante. No pasa nada, realmente, son cosas del pasado y no son tan relevantes a día de hoy. En definitiva Ikki es sin duda una de las personas en quien más confío en el mundo...
Sólo espero que con el paso del tiempo nos vayamos "recolocando" y además del rato juntos tengamos también cada uno momentos personales, que además creo que son importantes para alimentar la relación.
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