miércoles, 4 de marzo de 2009

Hacernos daño

Últimamente la mayoría de los blogs de mis amigos blogueros (los de la fila de la izquierda) están sin actualizar... Espero que estén todos bien y sea solo una época pasajera. A lo mejor son tonterías mías, pero cuando veo eso tengo la sensación de que hay una ola de desánimo que nos está afectando a todos. En fin, un abrazo a todos si me leéis.

Creo que he aprendido una cosa: si en una relación la intensidad de los sentimientos de cada uno no es pareja, la relación se puede resentir muchísimo. Y lo que es más importante, las personas pueden salir muy dañadas. Otras veces he hablado de este tema, y llegué a la decisión de que lo importante era querer, y yo quiero a Ikki, y que estar al mismo nivel exactamente era imposible en ninguna pareja. Pero en los últimos tiempos un montón de dificultades externas se nos han interpuesto y la consecuencia es que discutimos más a menudo que nunca. Casi siempre el culpable soy yo. En cada ocasión, siento una mezcla de culpabilidad y rencor. Aunque parezcan dos cosas que no se pueden sentir a la vez, es así. Culpabilidad porque siento que la causa principal de las discusiones es el daño que le hago por no sentir la misma intensidad de sentimientos que él por mí. Y el rencor es más difícil de explicar. A veces me siento como un saco de boxeo, que no puede equivocarse nunca y debe predecir todo lo que él siente o va a sentir. Y cuando no lo consigo, debo bajar la cabeza y recibir su ira. A veces tratando de pensar en qué podría alegrarle, me echa la bronca cuando me hace ver que me he equivocado y que lo que le haría feliz es lo contrario de lo que yo pensaba. El otro día me dijo directamente que yo era poco inteligente, y la verdad es que me hirió mucho. ¿Puedes querer y respetar verdaderamente a alguien a quien al mismo tiempo consideras un poco tonto? No me lo dijo solo por estar en pleno ataque de ira, porque más tarde, más tranquilo, me dijo que sentía haberme hecho daño, pero no lo retiró.

En fin. No voy a decir nada original, pero creo que las personas seríamos más felices si pudiésemos prescindir totalmente del mundo de la pareja y los sentimientos, si pudiésemos ser seres asexuales que forman relaciones de amistad pero nada más, y no existiese la posibilidad de que las personas se partan el corazón.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

yo he pensado eso tantas veces, ojala tuviese la capacidad de controlar mis sentimientos y no enamorarme,vale se que me vais a decir que el amor es muy bonito y demas...
pero en realidad creo que el amor trae mogollon de problemas, y yo me acuerdo de mis etapas de no estar con nadie y de no estar enamorada y joder que feliz vivia.

Ronan dijo...

Pues sabes Marta, la verdad es que mentiría si dijera que cuando no estaba con nadie era más "feliz", pero si me remontara a la época en la que directamente no me planteaba estas cosas (de niño), pues entonces sí podría decir que estaba mejor, ajeno a todo ese mundo. Creo que todo se torció a partir de la primera vez que me enamoré y la cosa no salió adelante.

Pues sí, es verdad que el amor puede ser muy bonito, pero la verdad es que también potencialmente puede ser destructivo... Y lo verdaderamente peor es que la intensidad de la felicidad que puedas llegar a sentir es proporcionalmente igual al dolor que podrás llegar a sentir si todo se termina... Cuanto más subes, más dura puede ser la caída :(

Maribel dijo...

Eso, eso... ¿y por qué no mejor nos arrancamos el corazon?... si nos convirtiéramos en maniquies de plástico regidos por un chip... no sufriríamos nada... uhmmm, qué buena idea... aunque... tampoco disfrutariamos los buenos momentos...
Siempre he pensado que involucrarse emocionalmente con alguien es un auténtico premio de la vida, que tiene su precio... si quieres el premio, pagas el precio... si no lo quieres, te conviertes en estatua de sal y observas como los demás viven.
Un beso, Ronan
PD: ¿Un poco cañera, no?

israel dijo...

Sí, yo también lo he pensado mucho, la vida sería más fácil sin sentimientos de por medio pero quien sabe, igual a un nivel muy profundo de nuetro ser sentiríamos que nos falta algo y quizá tampoco llegaríamos a ser felices del todo, puede sonar cursi pero es que creo que es así, las personas venimos al mundo precisamente para eso, para conocer gente e involucrarse, para sentir, para amar... y también para sufrir, por desgracia.

Cómo era esa frase? "Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado", algo así ¿no?

Pues créeme, es así, yo soy de los segundos.

Ronan dijo...

Todo lo que me viene a la mente son tópicos, pero en fin, es lo que opino de verdad: pienso que antes o después pasarás por la experiencia de amar, y cuando ocurra, todo puede ocurrir: desde que te sientas más triste que nunca en tu vida si la cosa no funciona, a que sientas una felicidad mayor a la que nunca hayas sentido si todo funciona. O ambas cosas... Voy a ser sincero, si bien en otras cosas he reflexionado y cambiado mi actitud, en este tema sigo siendo un poco cínico y negativo y una parte de mí no deja de pensar que la capacidad de enamorarse es un pase directo al sufrimiento.

Pero ya podemos decir misa, que ocurrirá lo que tenga que ocurrir. No sirve de nada desear ser seres sin sentimientos, porque en definitiva lo somos, así que lo único que queda es tratar de entenderlos lo mejor que se pueda y no hacernos daño a nosotros mismos...