miércoles, 3 de febrero de 2016

La manera de salir del túnel

Aquí iba yo a escribir una entrada sobre lo mal que me encuentro en mi trabajo, lo mal que me siento conmigo mismo y lo desanimado que estoy, cuando me pongo a releer las últimas y escasísimas entradas de 2015 y me encuentro con que llevo un año obsesionado con el mismo tema.

El final se aproxima: en dos semanas se termina mi contrato. Ahora se inicia la etapa de incertidumbre que acompaña el quedarse en paro, y los fantasmas que me perseguían todo el pasado año siguen ahí. Recientemente, digamos que una fuente espía me confirmó que en mi trabajo se me considera básicamente un desastre. Cuando le he contado esto a la gente todos tratan de animarme y convencerme de que esto no es así: soy bueno en esto, dicen, si no, no habría tenido un trabajo en el que estuve dos años bien valorado y me fui por mi propio pie... La gente trata de animarte como sea, con toda su buena intención, pero seamos sinceros, la opinión que cuenta es la de aquella gente que trabaja contigo y te puede juzgar de primera mano. Y lo peor de todo es que esa gente no hace sino confirmar una opinión que yo ya había formado.

El mundo es duro. El mundo quiere matarte todo el rato, de hambre, de frío, de tristeza. Si no consigo hacer mi trabajo bien me echan, y si me echan y no gano dinero no puedo comprar comida y pagar un techo bajo el que vivir, y si no puedo pagar esas dos cosas me muero. El asterisco en el contrato es que tengo a Ikki y a mi familia que me pueden ayudar, así que a corto plazo digamos que no estoy en peligro directo... Pero uno no puede plantearse la vida desde la dependencia, o yo por lo menos no puedo.

Desde la última entrada hasta ahora, sin embargo, ha habido rayos de luz, y quiero hablar de ellos, porque me parece importante resaltar que no me he quedado de brazos cruzados. Desde que escribí esas entradas he estado muy atento a cualquier posibilidad que surgiera, y efectivamente han surgido, y ahí estoy, yendo a por ellas. No sé qué va a pasar, pero al menos la búsqueda de una salida está en marcha, no estoy quieto, y con esfuerzo y suerte quizás salga del túnel. Por favor.

4 comentarios:

Laylah dijo...

Ronan, ¿te has planteado que esa "fuente espía" pueda ser una persona tóxica? He leído varias entradas tuyas (por cierto, escribes muy bien) y creo que lo que no te gusta de tu trabajo son las circunstancias que lo rodean (los malos modales, la falta de tiempo, el estrés...), no el trabajo en sí. Dices en una entrada que la enfermería no es lo tuyo pero me da la impresión de que es la geriatría lo que no te gusta. Espero que pronto encuentres trabajo en otra área en la que te sientas realizado y feliz.
Un saludo.
P.D. Llegué a tu blog por tu entrada "Tirar cosas" (buscando trucos de limpieza en Google) y creo que, aunque ahora lo veas todo negro, esta fase también terminará y te quedarás con lo bueno, igual que otras veces en el pasado.

Ronan dijo...

Laylah, muchísimas gracias por tu comentario, y por lo que me dices. Esto que me comentas es algo a lo que le he dado muchas vueltas. Yo creo que si alguien te importa procurarías no hacerle daño, y si ya de todas formas sabes que su contrato está próximo a acabarse, ¿para qué le cuentas las opiniones negativas que han dicho sobre ti otras personas? No es la primera vez que me pasa, y como la vez anterior, junto al daño que te hace escuchar algo así, me hace preguntarme por qué motivo alguien puede pensar que te ayudará en algo revelarte eso. En fin. Ahora ya terminó mi contrato y ya no tengo contacto con nadie de allí, excepto con una chica al margen de todo esto, así que ese capítulo por fin ha terminado.

Y sobre la enfermería y la geriatría, bueno, le he dado cientos de vueltas desde hace ya tiempo... tiene gracia que precisamente hace poco me dio por releer cosas que escribí hace tiempo, y descubrí que estas dudas empezaron a asaltarme ya desde que empecé las prácticas en la carrera, lo cual parece una mala señal. Tengo que reconocer que esta profesión, en determinados trabajos me ha dado momentos geniales, en los que he sentido eso que buscaba exactamente cuando la empecé a estudiar: esa sensación de de autorrealización que sientes cuando has hecho algo útil por alguien, les has ayudado de alguna manera. Pero también tengo que reconocer que desde el principio me he ido dando cuenta de mis carencias como enfermero, que son intrínsecas a mi personalidad: soy despistado, distraído, con poco interés por las mates y las ciencias, poco pragmático, poco metódico, me pongo muy nervioso y al borde del bloqueo en situaciones de estrés... Se trata de cualidades importantes para un enfermero, y la realidad es que con el paso del tiempo voy enfrentándome a la realidad de que no las tengo. El deseo de ayudar por sí solo está bien, pero si no se acompaña de unas ciertas capacidades y cualidades, no sirve. Desde que empecé a estudiar la carrera, me he dado cuenta de que siempre he sentido bastante desconexión con mis compañeros, que me ha caído mejor o peor, o que incluso se han convertido en amigos, pero con los que nunca he sentido esa conexión que sientes cuando alguien está de verdad en tu misma longitud de onda. Así a bote pronto y en plan resumen, te diría que en definitiva el problema es que soy una persona de letras que ha intentado meterse en un mundo de ciencias.

Termino con el rollo. Mi objetivo a medio plazo es buscarme un camino diferente, porque las circuntancias de este trabajo, que como dices han sido particularmente horribles, me han hecho empezar a temer por la posibilidad que ocurran cosas más graves; me refiero a acabar cometiendo una negligenca o algo similar. Este es un mundo que puede llegar a ser muy hostil, y la responsabilidad con que cargamos es alta. Ya le he visto las orejas al lobo alguna vez, y finalmente creo que toca salir de aquí.

Fin del rollo. He ojeado tu blog, y me he sorprendido porque esperaba algo en plan instrospectivo, jajaja. Pero la verdad es que como veo que sabes mucho sobre el tema, voy a aprovechar y preguntarte una duda sobre cremas por si me puedes ayudar; pero esto te lo escribo allí drectamente.

Muchas gracias por escribirme :)

Laylah dijo...

¡Hola, Ronan!
Te preguntas por qué alguien puede pensar que te ayudará que sepas las opiniones negativas de otros sobre ti. No te conozco ni a ti ni a esa persona pero me atrevo a decirte que, a lo mejor, esa persona sólo quiere hacerse la interesante por su "información privilegiada" y ni siquiera se ha planteado que decirte eso pueda hacerte daño. Es posible que incluso haya esperado a que estés a punto de irte para "no hacerte daño" porque "de todas maneras, te vas". Es posible que, inconscientemente, quiera que tú averigües quién ha hablado mal de ti para perjudicar de forma indirecta a esa persona (no a ti). Y, como no te ha dicho directamente quién es, "se lava las manos". Es decir, dice algo para perjudicar a esa tercera persona sin nombrarla para que nadie diga que ella ha dicho algo de esa persona. Presupongo que se trata de una compañera porque el ambiente enfermero está fuertemente feminizado. Pero vamos, como tú dices, ese capítulo ya ha terminado.
Es muy interesante cómo enumeras tus puntos débiles: tienes muy claro cuáles son y eso es una gran ventaja porque puedes trabajar para mejorarlos. Los despistes, las distracciones, la falta de método, la falta de control en las situaciones de estrés... se pueden trabajar con mindfulness (hay muchos libros y CDs sobre el tema, así como material gratuito en YouTube; te recomiendo el canal de Yolanda Calvo Gómez:
https://www.youtube.com/user/LinkCerebroMente). Las capacidades de las que hablas se pueden entrenar y mejorar indefinidamente. En cuanto a la falta de interés por las matemáticas me parece poco importante para el desarrollo de la profesión enfermera en el ámbito asistencial (más allá de cuestiones simples como calcular una dosis en función del peso corporal y cosas así); pueden que hagan más falta para la investigación o la gestión.
El conectar con los compañeros no creo que dependa tanto de la profesión: en cualquier ámbito laboral te vas a encontrar con circunstancias muy similares. Para realizarse uno mismo está el tiempo libre. En fin, si quieres cambiar de trabajo, es tu decisión. Lo único que me permito aconsejarte es que no saltes al vacío, no quemes tus naves. Cuando haces escalada te dicen que siempre mantengas tres puntos de apoyo (dos manos y un pie o dos pies y una mano). En cualquier caso, te deseo mucha suerte en tu camino.
Un saludo.
:-)

Ronan dijo...

Bendito el día en que te cruzaste con mi blog ;) No sabes lo que me alegra encontrar a alguien tan interesante y perceptiva como tú. Pues tus hipótesis sobre la compañera en cuestión pueden ser efectivamente ciertas todas ellas. La verdad es que me alegro de haber salido del bache, porque cuando leí aquel mensaje suyo, el mundo de verdad se me cayó a los pies. Y eso que yo ya era consciente de mis defectos, pero no es lo mismo que te digan esas cosas desde fuera.
Por el momento dadas las circunstancias la geriatría parece la salida más factible, y creo que a corto plazo no me va a quedar más remedio que volver a ella, así que no, no quemo las naves, pero al menos espero que el próximo puesto de trabajo no sea tan duro. Está todo un poco en el aire, pero realmente mi deseo ahora mismo es salir del mundo de la enfermería. O quizás encontrar (?) una posible rama de él donde de verdad pueda realizarme. En todo caso me ha interesado mucho lo que me comentas y voy a mirar los videos, porque sin duda tal como lo planteas puede ser útil no sólo para esto sino ya a otros niveles. Qué bonita metáfora la de la escalada :D