lunes, 24 de noviembre de 2014

Amigos tóxicos

Los últimos dos días estuvo de visita una amiga de otra ciudad. Vamos a llamarla Emma.

Ya venía notándolo desde hacía tiempo, pero ayer, tras pasar casi el día entero con ella, se me hizo evidente: no disfruto nada estando con Emma. Me saca de quicio y me agota incluso físicamente.

¿Qué hace Emma? Veamos. Para empezar, nuestros intereses son muy, muy, muy distintos. Yo tengo mucha curiosidad por todo de tipo de cosas, me gusta el cine, leer, informarme de temas variados, ver exposiciones. No es que sea una persona cultísima (en lo que se refiere a política, geografía y economía, por ejemplo, soy un paleto básicamente), pero como digo, tengo bastante curiosidad por casi todo. A Emma no le gusta leer (estábamos en una librería y miraba los libros como quien mira insectos exóticos), no le gusta mucho el cine, ni le gusta el arte en general, y básicamente sólo habla de chicos, de historias de amigas y de trabajo.

Es posible que durante la carrera, aunque yo ya iba notando sus "cosas", el nexo común que suponía estudiar juntos y tener problemas parecidos (los exámenes y demás) nos uniera lo suficiente, pero ahora pasar mucho rato con ella me agota, y siento que es más lo que nos distancia que lo que nos acerca.

Pero lo peor no es eso. Es que a nivel más personal, Emma tiene una actitud "perfeccionista", por llamarla de alguna manera, que me saca de quicio. Copio y pego de una página:

"Una persona que tiene la actitud tóxica del exceso de soberbia es aquella que ejerce el rol de autoridad constante, te corrige incluso cuando no tiene que hacerlo y se comporta como si estuviera en posesión de la verdad. Además, no se permite aprender de los demás y se siente incómoda cuando le llevan la contraria".
Esa es Emma. Constantemente necesita hacerte saber que aunque no viva aquí y haya ido una sola vez a ese sitio, sabe perfectamente el camino y sabría llegar sin ti. Que ya sabe eso que le ibas a explicar. Que eso que has hecho está mal. Que estás equivocado. Que no dijo eso. Que no dijiste eso. Que sí dijiste eso.

Os preguntaréis cómo lo aguanto. La principal razón es que soy un cobarde que siempre quiere agradar, y la segunda es que este tipo de cosas las dice bromeando y sonriendo, y no ha lugar a entrar en discusiones. Pero agota, y mucho, y te obliga a estar en un constante estado de "alerta" para que no te pille en un error, o con cara de distraído y entonces aproveche para "atacar".

Además, al rato de oírla hablar, te das cuenta de que Emma tiene críticas para todo el mundo, especialmente todo el que la contradiga o haga algo que le parezca mal. Estos días se quejaba veladamente de no haber sido invitada a cierta celebración, y en cambio cierta otra persona sí lo fue. Cómo decírselo, pero lo cierto es que adivino la razón: es de esas personas que de manera muy sutil te pueden agriar ligeramente la fiesta. Con una mirada no muy limpia. Con un gesto de velada crítica. Con actitud de dignidad herida que enturbia el ambiente. Esa persona que tras la boda disfruta criticando el menú, o el vestido de la novia, o lo que sea. Incluso si te halaga, de alguna extraña forma te hace sentir culpable (porque notas que bajo el halago hay... envidia).

El caso es que Emma nunca imaginaría que pienso todo esto y me siento así. Pese a todo esto, también tiene evidentemente sus características positivas y en el pasado me ha ayudado, pero si soy sincero conmigo mismo, ya no deseo ser más su amigo. Es una persona tóxica, no soy el primero en notarlo, y me gustaría salir de la red.

Y no sé cómo.

En ocasiones le cuento cosas que subrayan lo diferentes que somos. Trato de ser yo mismo en vez de adaptarme y hablarle de las cosas que me interesan de verdad para que se aburra y se dé cuenta de que no tenemos cosas en común y yo le parezca un rollo. También trato de hacerle ver que no soy ese peluche amoroso en el que ella me ha encasillado y que soy capaz de hacer cosas moralmente "erróneas", que he probado drogas, que he fumado, que he tenido sexo de una noche, que me gusta también la música electrónica ("Uuuuy, ¡pero Ronan, qué te ha pasado que te han cambiado!"). Con la esperanza de que se decepcione y se aleje.

Todo porque no sé cómo hacer eso tan simple que todo el mundo sabe hacer instintivamente de hacer que la gente que no te agrada se aleje de ti. Evidentemente no soy capaz de decirle todo esto que he escrito ahí arriba, y menos cuando nunca le he dado a entender que me siento así, y me parece demasiado brusco decírselo de pronto. ¿Alguien sabe cómo se hace? ¿Algún truco?

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si sea un buen consejo. Pero a mí me funciono.
Resulta que quería deshacerme de un "amigo", incluso se lo dije, le explique que tenía "problemas personales muy graves" (algo que es cierto), pero el no lo comprendía e insistía e insistía. Así que decidí darle donde más le dolería (qué mal suena!) le dí en el orgullo, comencé a hablarle de otros chicos, de otros hombres, algo que sé que el censura, incluso dije palabrotas (algo que a el no le gusta oír de una mujer), así de un día a otro, perdió todo el interés por mí y se acabo.
No sé si fue lo mejor, pero aunque lo extrañé al comienzo, reconozco que estoy más tranquila.
Saludos.

Anónimo dijo...

Lo malo de todo ésto es que nunca vamos a tener amigos perfectos, siempre hay que aguantarles alguna cosa (y ellos a nosotros). Lo que hay que ver es si compensa lo positivo que te aporta por encima de lo negativo :-).

Albert Not Found dijo...

Yo siempre digo que a un amigo hay que pedirle lo que nos puede dar, no lo que no nos puede dar. Y si llegamos al punto de no soportarlo, no le debes ninguna explicación, puedes irte cuando quieras ;)

Ronan dijo...

Tres opiniones muy distintas y cada una da que pensar...

Daniela, la verdad es que sí trato en ocasiones de explicarle cosas que he hecho que no le gustan y que no le parecen propias de mí (de la imagen que se ha hecho de mí, es decir), pero no surte mucho efecto. Dice que me está afectando la ciudad o cualquier cosa por el estilo y lo zanja. Tu amigo por lo que cuentas sonaba como un machista que no veas, me parece que hiciste bien en librarte de él, la verdad.

Venus: es cierto, desde luego todos tenemos defectos y quizás a otra gente le resultamos insoportables... Me ha pasado que alguna gente se ha distanciado de mí voluntariamente, y la verdad me ha dolido (sobre todo por no saber cuál era la razón...). A lo mejor sueno como un desagradecido, pero con ella de verdad ya esta última vez sentí que lo negativo pesa mucho más.

Daske, envidio esa actitud tan práctica, pero no soy capaz de desaparecer por las buenas, jajaja.

En un mundo ideal, la llamaría y le diría, "mira, creo que somos super distintos, y nunca te lo he dicho, pero cuando paso mucho tiempo contigo acabo cansado, y me pone de mal humor que estés siempre compitiendo por todo, así que prefiero que no nos veamos más". Os imagináis :S Sería un mundo duro, pero todos sabríamos qué provocamos en los demás...

Anónimo dijo...

A mí también me pasa, que personas que considero mejores que otras, cultas, más inteligentes, con más cualidades,... luego te das cuenta de que pasan de tí o que te borran del fb, por ejemplo. En cambio otras personas que tienen defectos como tu dices, quieren ser mis amigos. Por muy insoportable que sea alguien yo valoro que quiera ser mi amigo (no todo el mundo quiere), siempre y cuando no se pase de la raya en cosas importantes. Pero no es nada fácil. A veces es cuestión de paciencia y me pregunto últimamente qué podría hacer yo para mejorar esa relación "tóxica" con una amiga que tengo. Hay que caer en la cuenta de que las relaciones son de dos y uno también tiene que poner de su parte porque también cometemos errores.

Cuando noto comportamientos de ese tipo en personas que quieren ser mis amigos, intento focalizarme en pensar que quiero tener amigos y en no perder lo bueno que puedan aportarme. Pensarás que no es mucho lo que te aporta, pero a veces nos sentimos muy solos y nunca está de más un amigo, aunque sea un pesao y un gilipollas xD. Echas de menos en algún momento a ese pesao gilipollas xDDDDD

Ronan dijo...

Ay Venus, nunca deja de sorprenderme cuando leo cosas como lo que acabas de escribir y me doy cuenta de lo parecidas que somos las personas en el fondo... Todos tenemos nuestras particulariades y tal, pero luego ves que ciertas experiencias vitales las compartes con mucha gente (y más ahora con internet: a veces me agobia sentir que uno es incapaz de tener una idea completamente nueva, siempre hay alguien a quien algo se le ha ocurrido antes... pero me salgo del tema).

En fin, que me siento muy identificado con eso que has escrito. Sí, en general es la gente que te impresiona y a la que admiras esa que pasa de ti o te borra de FB o de sus vidas.

Y, aunque suene horroroso y cruel, y despectivo, y gilipollas y todos los adjetivos negativos del mundo, parece que mucha gente con "problemas" o "defectos" evidentes desean acercarse más a mí. Tengo una persona bastante próxima que a menudo me atrapa para contarme con pelos y señales sus historias, que no puedo evitar que me aburran mucho, y esta persona además no pilla las múltiples señales no verbales que le mando indicando que no deseo hablar en ese momento, que tengo prisa, que quiero seguir con lo que estoy haciendo...

Toda esta gente tiene en común un no sé qué indescriptible que hace que pasar mucho rato a su lado resulte agotador y a veces irritante. Este en concreto está siempre llevando la contraria y despreciando las cosas que le sugieres (no recuerdo nunca haberle hablado de una película que me gustara y que no pusiese caras raras y sacase conclusiones infundadas y defectos), que es lo que le hace "irritante", y respecto a lo de agotador, sólo puedo pensar que se debe a su falta de manejo del lenguaje no verbal y otras cosas básicas de las interrelaciones humanas, que hacen que comunicarse con él te exija mucho esfuerzo.

Te mentiría si no te dijera que en mi vida he hecho un montón de amigos de este estilo por no estar solo y aceptar lo que se me ofrece, y he tratado de sacar lo positivo de ellos.

Pero también le he dado muchísimas vueltas a este tema, y me he hecho muchas preguntas. ¿Por qué hay gente a la que no ves rodeada de amigos de este estilo, sino que todos sus amigos son carismáticos, simpáticos y "positivos"? ¿Por qué atrae uno a gente de este estilo, en cambio?

Y la conclusión a la que voy llegando es que uno atrae lo que proyecta, y consigue aquello a lo que aspira, más o menos conscientemente. Si transmites que eres una persona de segunda fila, de poco valor, pues sólo la gente que también se sienta así querrá ser tu amiga, porque los que se amen a sí mismos lo suficiente, querrán rodearse de gente con la misma autoestima sólida.

En definitiva, y acabo ya con el rollo, creo que tenemos que valorarnos más a nosotros mismos, tratar de sacar a relucir nuestra mejor parte y aspirar a tener amigos que nos resulten de verdad gente interesante y simpática, y no que meramente que nos hagan sentir "seguros", como tu camiseta vieja de andar por casa. Da más miedo acercarse a la gente que consideramos "superior", de primera fila, está claro, pero vale pena. Por los motivos que sean, que pueden ser totalmente personales: para uno pueden ser alguien guapísimo y con gusto al vestir, y para otro un dibujante de cómics al que admiras, y para un tercero un ingeniero que te parece inteligentísimo, lo que importa es que A TI te parezca alguien que deseas conocer y del que desearías ser su amigo.

Es verdad que podemos sentirnos muy solos y cuando alguien, quien sea, nos ofrece compañía, podemos aferrarnos, pero cada vez pienso más y más que este tipo de amistades a la larga no son más un bloque de hormigón en los pies que te quita más de lo que te da.

Ronan dijo...

Acabo con una última cosa: no considero para nada un amigo tóxico a uno que tiene problemas graves, o quizá que tiende al pesimismo o el defecto que sea. Lo que le hace tóxico es el efecto que produce en ti concretamente, cómo te hace sentir mal y sientes que no te aporta nada. A mí por ejemplo el optimismo a ultranza me resulta "tóxico", porque las personas así siento que no me permiten expresarme con sinceridad (todo lo que digas tiene que ser una ristra de clichés optimistas), y al final siento que tengo que censurarme y hablarle sólo de arcoiris y peluches y fingir que todo es maravilloso, lo cual me agota porque para mí no es una comunicación real.

En cambio hay gente con un cierto pesimismo crítico que me resulta muy liberador, porque están dispuestos a permirtirte expresarte de verdad aunque lo que digas no sea bonito, y ellos mismos siento que son capaces de ser sinceros, lo cual da pie a conversaciones super interesantes.

¡¡Fin del rollo!!