domingo, 8 de agosto de 2010

Borracho para siempre

A veces me pregunto: la personalidad que nos sale al emborracharnos ¿es la verdadera que llevamos dentro oculta? ¿O lo es la que tenemos al estar sobrios y esa es una versión alterada?

Alguna gente se puede ofender al leer este post, lo sé. Sé que para muchas personas el alcohol es un gran problema, a lo mejor incluso el mayor problema de sus vidas; aquello que ha roto sus familias, etc. No pretendo ofender a nadie diciendo lo que voy a decir, de verdad.

Pasé unos días en el pueblo de Ikki. Para mí, ir a pueblo de Ikki siempre es en cierto modo una prueba a superar, y él es consciente. Yo, que soy tan tímido, me veo expuesto a que un montón de gente me conozca, a las cual tengo que saludar y con la que tengo que ser lo más agradable posible... El grupo de amigos de Ikki es otro gran escollo a superar. Usando una metáfora, si mi grupo de amigos fueran animales, serían algo amistoso y poco amenazador, como un cachorro de perro de buen carácter. Si sus amigos lo fueran, serían... algo rápido, ligeramente amenazador, siempre en manadas muy grandes, con un sentido del humor afilado. ¿Un grupo de perros-lobo? Son inteligentes, mordaces, rápidos mentalmente, ágiles a la hora de poner apodos (a veces apodos sin mala intención, otras... un poco crueles). Hablan a mucho volumen, se ríen a carcajadas, contestan rápido. Su sentido del humor es del tipo de humillar suavemente a alguno del grupo, de ridiculizarlo de alguna manera o recordarle una anécdota humillante que protagonizó. En fin, no estoy diciendo que sean mala gente porque no lo son, es simplemente que son un grupo con una forma de interrelacionarse un poco violenta en sentido metafórico (y de adolescentes, en sentido literal).

El caso es que el primer día que salimos con ellos, el viernes, me lo pasé muy bien. Fui bebiendo y poco a poco llegué a emborracharme. Cuando me emborracho me convierto en la persona que querría ser todo el tiempo: de repente ese duendecillo que controla lo que digo o no digo, que juzga si es apropiado o no, que piensa y piensa en busca de comentarios y bromas que me permitan integrarme en el entorno... desaparece por completo y simplemnte soy. Todo lo hago con espontaneidad, hablo y me muevo sin pensar, desaparecen las dudas, me río con facilidad. Surge dentro de mí una extraña intuición que no sé dónde anda oculta el resto del tiempo y que me permite entender más fácilmente a todo el mundo porque de alguna forma es como si captase sus pensamientos. Me divertí un montón con el, normalmente para mí, difícil grupo de Ikki.

Puede sonar mal, pero me encanta el Ronan borracho, y desearía poder ser así todo el tiempo. Ese es mi pensamiento principal cuando estoy borracho, y en esos momentos no entiendo por qué no puedo atrapar ese estado, esa tranquilidad, y conservarla conmigo todo el tiempo, hasta la mañana después y para siempre. Quizá no estoy descubriendo la pólvora, pero a veces me pregunto por qué necesitan beber personas como, sin ir más lejos, Ikki, que ya son extrovertidas y seguras de sí todo el tiempo.

Al día siguiente volvimos a salir, pero yo estaba cansado y el alcohol ya no me hacía el mismo efecto, además de que otras circunstancias cambiaron un poco. Fue como arrastrarse por el barro. Finalmente, una vez más no he podido aferrarme a ese sentimiento de seguridad y conservarlo. Pero si esa personalidad está dentro de mí, habrá alguna forma de sacarla sin necesidad de beber, ¿no?

4 comentarios:

timorato dijo...

Tal vez la timidez no sea un defecto de carácter, sino de que hay algun problema de neurotransmisores y esas cosas. A lo mejor necesitamos un medicamento para descortocircuitar los agentes inhibidores con algún medicamento y, así, no abusar del alcocol.

Unknown dijo...

solo trata de ser ese "tú" cuando estes bueno y sano, si te gusta tanto ser como eres cuando estas borracho vas a querer estar borracho todo el tiempo y eso no es muy positivo.. asi q trata de aflorar esa personalidad poco a poco para q agarres y mas confianza, y seas tú sin necesidad de alcohol :)

Ronan dijo...

Aunque leyéndolo pueda parecerlo, no corro ningún riesgo de volverme alcohólico, porque, bueno, por muchas razones; sobre todo porque sería imposible llevar una vida normal y el sabor me desagrada mucho (una pregunta general que me hago a veces: ¿a alguien le gusta el alcohol realmente? Hablo de verdaderamente "gustar", como cuando nos comemos un helado, o un trozo de chocolate. Cuando veo que siempre lo mezclamos con refrescos, me hace preguntarme si por dentro a los demás les está gustando o beben exclusivamente por lo bien que uno se siente al emborracharse...)

Timorato, lo que dices es interesante. Supongo que el seroxat y demás son básicamente eso, aunque no lo he probado. En el hospital recientemente he visto un caso extremo de una persona adoptando un comportamiento terrible que desapareció por completo... con la pastilla adecuada.

Gerardo: el problema es que sinceramente no sé cómo hacer surgir esa personalidad a voluntad. Siempre que estoy borracho pienso que quizás si grabo en mis sentidos esas sensaciones luego podré reproducirlas sin alcohol. Pero llega el día después y ya no sé.

Freddy dijo...

Ronan, qué bueno que lo mencionas, porque cuando vaya a España llevaré un botella de tequila artesanal mexicano para emborracharte y caminar las calles contentos y que nos hallé el amanecer, jajaja.

No te azotes querido, a todos les pasa supongo, tú gózalo...

Besos
Freddy