Haciendo honor al subtítulo del blog, una ración de porno emocional, del que revuelve.
No sé si le pasa a más gente, a los que alguna vez me leáis o los que más o menos suelen leer mi blog. Esta es la situación: estás con determinada persona, y notas como en tu interior todo se va desordenando, desestabilizando, enturbiándose. El estómago se te tensa, y te temes que esa noche no podrás dormir a causa de lo mucho que te ha desestabilizado esa situación.
Esto viene al caso de que me encontré con mi antigua mejor amiga, Elena, y decidimos quedar para tomar algo y ponernos al día después de muchos años. Temía un poco este encuentro, para ser sincero. Elena y yo comenzamos un progresivo alejamiento en la adolescencia, cuando ella "floreció" como una persona extrovertida y con enorme facilidad para hacer amigos, y yo hice lo contrario de florecer y me convertí en una persona muy tímida y con dificultad para hacer amigos. Como es evidente, esto provocó que yo me fuese quedando al margen de todo, y poco a poco lo que quedaba de la amistad desapareció del todo.
En la universidad, resumiendo bastante, se inició un cambio en mi vida que poco a poco hizo que todo fuese a mejor: hice nuevos amigos con los que sentí mucha conexión, fui superando miedos como el de salir de noche a bailar (sí, me daba pánico...), el hecho de ser gay dejó de ser para mí un secreto angustioso, y pasito a pasito fui superando más y más barreras como la de tener mi primera vez y tener pareja; algo que unos años antes me había parecido inalcanzable... En este párrafo resumo como si fuese un suspiro bastantes años y muchos altibajos, momentos tanto buenos como horribles. Pero lo más importante, lo que creo que resume todo, es el hecho de haber podido llegar a tener un círculo de amigos con los que me siento a gusto, yo mismo. Incluída una mejor amiga con la que puedo hablar de todo.
Me angustiaba la idea de pasar un rato con Elena y, de pronto, descubrir que estos años no han cambiado nada y sigo siendo el Ronan-inadaptado-social. Que lo que me ha ido pasando es un espejismo. ¿Qué ha pasado al final? Está reciente y a lo mejor no lo voy a juzgar con claridad, pero ahora mismo me siento desestabilizado.
La vida de Elena en los últimos años ha sido complicada, por decirlo suavemente. Y ella me lo ha contado con toda sinceridad. De hecho una sinceridad que me ha impresionado, porque bueno, no sé, verdaderamente se ha expuesto conmigo de una forma muy valiente.
Sinceramente: yo iba a esta cita con una armadura puesta. Hablando en plata, quería causarle una buena impresión a Elena. Que viese que en estos años he hecho un montón de cosas, he crecido en todos los sentidos, mi orientación ya es algo totalmente normalizado en mi vida, he salido del desastre que era mi vida cuando nos distanciamos y todo en general es mejor. Pero cuando Elena me empezó a contar, con sinceridad aplastante, las cosas terribles que le habían ido sucediendo, la armadura se me desmontó, y yo también le hablé con más sinceridad de mis cosas. Sí, me va mejor, pero mi vida está rodeada de incertidumbre en casi todos los aspectos: laboral, sentimental, vivienda... A la mierda el superviviente que alcanzó la vida perfecta, y destapamos al superviviente que está mejor, sí, pero no totalmente.
Ahora voy a decir la mezquindad máxima; ya que si este encuentro me ha desestabilizado tanto, creo que sé por qué es. Yo quería convertir esto en una especie de fábula en la que el patito feo se transformó e impresionó al cisne. Y resulta que el cisne tuvo también problemas terribles en su vida y salió adelante, y llegó más allá del patito. Sé que lo que estoy diciendo es mezquino a más no poder, pero es la verdad, así me siento. Después de los conflictos que tuvo, Elena salió a flote y con su enorme extroversión y carisma sigue haciendo amigos por doquier sin dificultad, y sin duda hoy tiene más amigos y una vida social más intensa que yo. Dentro de poco acabaré las vacaciones en mi ciudad y volveré a la ciudad donde trabajo, y donde no tengo vida social porque no conozco a nadie fuera del trabajo. Y ahora, plantado en mi mente, está el pensamiento de que Elena ya habría hecho amigos y tendría mucha vida social... Elena también asumió su orientación sexual (esto tampoco resultó ser un problema solo mío) después de un tiempo y es seguramente cuestión de tiempo, valga la redundancia, que antes o después establezca una relación más duradera que la mía. Es más segura de sí misma, tiene infinitamente más carisma, es más abierta y conoce gente con infinitamente más facilidad.
Ya ves, debería alegrarme por saber que después de lo que había sufrido ahora está bien, y sin embargo me angustio haciendo comparaciones... Y me angustia también la idea de que esto sea un prólogo y que si volvemos a recuperar la amistad, de repente el viejo Ronan-inadaptado resurja y todas aquellas sensaciones horribles vuelvan.
En fin, sólo espero que quizás todo este cúmulo de sensaciones se deban al impacto emocional que ha sido vernos después de tanto, y que quizás dentro de un par de días ya no lo vea todo tan negro y me pueda alegrar por recuperar una amistad, sin más.